- 21 -

27.6K 1.3K 1.2K
                                    

Lisa dormida solo puede ser descrita como encantadora.

Usualmente ella es cálida y abrazable, sosteniéndome cerca de su cuerpo aún en su estado inconsciente, pero aunque ahora es un poco diferente, se ve adorable. En nuestra desnudez, Lisa debió sentir mucho calor en medio de la noche y se movió lejos de mí, a su lado de la cama. Está acostada boca abajo con su cabello esparcido por la almohada, sus hombros de porcelana, los músculos definidos de su espalda tensos al estar agarrando la almohada con sus manos mientras sueña. Pero lo que es lindo son los pequeños balbuceos que salen de su boca y como se mueven sus párpados. Tiene su cara hacia el lado contrario de mí, pero no puedo evitar sostenerme en un codo y mirarla mientras duerme. Tal vez es raro, pero es difícil no hacerlo.
Estiro el brazo y le acaricio el cabello, deslizando los dedos entre sus mechones, masajeando su cabeza, sonriendo para mí misma mientras lo hago. La noche en que nos reconciliamos después de la pelea por Sana fue hace un par de días y esta es la primera vez que se queda a dormir desde esa vez. No puedo hacer más que sonreír por lo perfectas que están las cosas entre nosotras ahora. Anoche fue tan increíble como cada una que hemos pasado juntas, sino es que más, con su nueva confianza.

Ayer por la mañana tuvimos una reunión en la escuela de Ella. Lisa y yo finalmente tuvimos la oportunidad de hablar con la maestra y los padres de sus abusadores. La mujer de ojos miel se suponía que tenía que trabajar, pero llamó y fingió estar enferma, con tal de tener la oportunidad de decirle algunas cosas a los padres de los chicos. Y algunas cosas les dijo. Al principio fuimos bastante civilizadas, discutiendo con la maestra sobre lo que ha estado pasando con nuestra hija, los padres enterándose del comportamiento de sus hijos. Eso fue hasta que los Kim defendieron el comportamiento de sus hijos que Lisa se puso de pie y se cuadró ante el hombre. Yo la seguí, haciendo lo mismo, agarrando su brazo para alejarla del hombre, pero fallé cuando él también estaba alterado y quería enfrentar a Lisa. Su esposa y yo tratamos de calmarlos, la maestra de Ella a un lado con pánico, pero nada funcionaba. Lisa es muy apasionada en lo que respecta a defender a nuestra hija y nuestro estilo de vida y el mente cerrada misógino de Kim Jong-In sintió toda esa pasión... y su puño, que colisionó con su mandíbula, noqueándolo de vuelta a su silla. Él y su mujer se fueron de la escuela después de eso.

A Lisa no le importó haber herido al hombre, ni que la denunciaran, solo le importó el hecho de que yo fui testigo de su violencia, lo que la llevó a disculparse durante horas, finalmente dejándolo cuando le di la noticia de que fue jodidamente caliente y sexy verla tan furiosa y protectora. Eso la llevó a continuar siendo controladora y apasionada por el resto de la noche, levantándome y poniéndome contra la pared de mi cuarto, tirándome después a la cama para hacerme suya otra vez ahí.

No he vuelto a tocarla como lo hice hace días, pero fue increíble experimentar su confianza y su actitud dominante, sabiendo que fui yo la que la hizo sentirse tan cómoda. Cuando tomé su miembro en mis manos para ponerle el condón esa noche que nos reconciliamos, Lisa se congeló. Su cuerpo se tensó y sus ojos evidenciaban su pánico, pero pronto lo calmó con un beso, quitando mi mano para penetrarme. No la vi, ni la complací de la manera que quería, pero es un progreso que me diera la oportunidad de tocarla. Ayer también me la dio, permitiendo que mis manos exploraran su cuerpo y manteniendo la luz encendida, pero no la tomé, queriendo que Lisa quisiera que la tocara, que se sintiera confiada en controlar cuándo lo haga. Ahí es cuando voy a complacerla de la manera que espero hacerlo; cuando Lisa decida que quiere que lo haga, cuando lo necesite.

No había notado que estaba tan distraída con mis pensamientos que paré de acariciar su cabello, hasta que Lisa a ciegas busca mi mano con la suya y la lleva otra vez a su cabeza para que continúe con el masaje. Me río al pensar en ella pretendiendo estar dormida para disfrutar de mis caricias. Continúo hasta que ella también se ríe y se convierte en una infecciosa carcajada entre las dos.

The Donor | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora