El jardín de los sentimientos

La iglesia del bosque

En lo más profundo del tenebroso bosque,
Donde robles tapan el cielo de la noche,
Solo cuando la luna entera la tierra rodeó,
Aparece la monja que se divisa desde el torreón,
Adentrandose en las verjas oxidadas del tirón,
Recuerdos y sensaciones olvidadas, ella recordó.

Cada paso que daba, alguien la observaba.
Los ángeles cantaban y con cautela miraban.
La monja se encontraba en terreno de Dios.
El diablo curioso miraba y de pronto se alarmó.
Al ver a la damisela en la entrada del portón
De la iglesia con pasos carentes de pudor.

Hacia frío dentro del área donde se encontraba.
Pero la luna nueva brillaba donde ella se posaba.
La piel pálida tiritaba y empezó a hacer su labor,
Dar la ofrenda anhelada y ansiada del gran señor,
Bailando en el antro y lejano un sonido de tambor,
El compás marcando pisadas con marcas de dolor.

Cada paso provocaba chispas relucientes,
Iluminaban toda la capilla de madera crujiente.
Su danza cada vez más candente alzaba al sol
Provocando las llamas aparecieran alrededor.
De la monja, que bailaba ya sin algun control.
De una ofrenda del señor, a una dolorosa pasión.

El diablo contento observaba, tal belleza rebelde
Que incendiaba todo el bosque oscuro verde.
El señor de la luz aterrorizado el fuego alejó
Dejando a su paso cenizas y paisaje aterrador.
La ardiente monja en humo oscuro se convirtió
Y de ahí el diablo a su rival le mencionó

Los cambios empiezan, luz del señor
Ahora es cuando vuelve mi resplandor.