ESPOSA DEL EMPERADOR(Kacchako)

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Por suerte para Uraraka Ochako, el emperador no volvió a la normalidad inmediatamente, él simplemente se había despedido con un simple "Buenas noches, mi ángel" depositándole un suave beso en la frente que le hizo sentir nerviosa. Su corazón se aceleró en toda la noche y tenía miedo que en algún momento este saliera al fin de su cuerpo.

Sin embargo unos cuantos días pasaron con relativa tranquilidad. Bakugo parecía estar sumergido en trabajo y no tenía tiempo para ver a Uraraka más que en un par de ocasiones en donde Kacchan había aparecido esperanzado en su objetivo de encontrar a su pareja.

Uraraka esta mañana tenía algo más interesante qué hacer a parte de estudiar, escaparse e ir a practicar el postre del emperador como había acordado. Oficialmente conocería a los caballeros que tanto admiraba, por ello no pudo dormir bien durante la noche y se dirigió a la cocina a primera hora del día, supuestamente los conocería a medio día pero pensó que debía llevarle algo a su emperador para ponerle de buen humor, algo como su postre favorito así que ya se encontraba lista para poder terminar de aprender tal nuevo descubrimiento de su chef. Uraraka pensaba darle el postre hecho por ella misma para que pudiese refrescarse después de su agotador entrenamiento, ¿Quién sabe? Tal vez podía ganar puntos a favor de paso.

Es por eso que la joven baronesa se esforzó de más ese día, ella estaba segura de una cosa, que realmente quería correr directo al campo de entrenamiento, pero si lo hacía se iba a caer todo lo que llevaba en su bandeja así que fue paciente al notar que aún faltaba una hora, con paso lento se fue al jardín que usaban los caballeros para entrenar y llegó lo suficientemente temprano como para verlos desde una esquina, casi escondida por los árboles que generaban una sombra al rededor, ella observaba con verdadero interés como los caballeros blandían sus espadas los unos a los otros y se preguntó por qué no tenía esas lecciones en vez de la aburrida política diaria. Katsuki se encontraba entre aquellos hombres uniformados, él estaba con sus típicas ropas de bárbaro, luchando con Kirishima que no parecía dejárselo fácil. Cuando Bakugo la miró sintió como volvía a caer en el hechizo y se maldijo por ello. Unos días después se daría cuenta que verla o pensar en ella producía que el hechizo volviese a actuar.

Kaminari había esquivado la espada de un caballero y lo hizo tropezar antes de dirigirse a su amiga, sin embargo quien llegó primero fue su rápido Lord, que lo empujó en lo que su mirada estaba enfocada en ella, decidido a quitar a cualquiera que se interponga en su objetivo. Todos se detuvieron al ver que ya era la hora.

Estaban frente a su futura ama y señora. Una mujer de aspecto simple pero de alguna manera particular hermosura, sus ojos grandes eran un aspecto adorable que combinaba a la perfección con sus mejillas gorditas y rosas. Su emperador parecía ir directo a abrazarla pero al estar ella con las manos ocupadas se conformó dándole un casto beso en los labios que la sonrojó en seguida.

- Uraraka Ochako saluda a su majestad el emperador.- Decía ella intentando ser formal pero en su expresión de verdadera vergüenza se notaba que era un intento fallido.- Por favor no haga eso en público.- Le murmuró a Kacchan algo que solo unos pocos pudieron escuchar.

Linda. La prometida del emperador era sin duda de personalidad y apariencia linda.

- ¿Por qué está cargando con esa pesada bandeja mi luz de luna?- Bakugo parecía sinceramente preocupado de su delicada prometida, aunque a ella no le parecía pesada realmente.- ¿Quién se atrevió a dejarte llevarlo? ¿Dónde está el mayordomo?

- Está bien, emperad- Bakugo la miró fijamente antes de corregirse- ¡Kacchan! Realmente no pesa nada, ¿Ves?- Uraraka demostraba como podía mantener todo ese basto contenido con una mano. Un error porque eso sí que pesaba.- Ligero como pluma.- En su cara todos veían que mentía descaradamente antes de volver a sujetarla con las 2 manos.