ESPOSA DEL EMPERADOR(Kacchako)

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Era fácil diferenciar a Uraraka por 3 razones principales, en primer lugar estaba el hecho de que era la única chica cuyo cabello, aunque de un color muy común, estuviese corto; la segunda era por sus grandes ojos marrones y brillantes y la tercera era por sus redondas y sonrojadas mejillas. Es así como Kirishima logró llegar a ella tan rápido cuando esta había dado unos pasos para alejarse de unas invitadas, saludándola e invitándola a bailar aprovechando a la cantidad de parejas que se encontraban en la pista. La segunda pareja de baile de Uraraka esa noche fue el joven duque.

Algunos los miraban un tanto sorprendidos, Uraraka y Kirishima parecían una pareja que se divertían, en el caso de Ochako era porque la tensión que sentía con su emperador desaparecía casi por magia, eran ella y su carismático amigo pero sin duda al acabar la pista volvió en ella el sentimiento de tristeza. Su prometido parecía haber vuelto a la normalidad y su futuro era más incierto que nunca.

- ¿Te encuentras bien?- Eijirô interrogó un poco preocupado. Sabía cómo podía ser su amigo a veces, y con 《a veces》 se refería a siempre. Su falta de tacto era un tema preocupante para cualquiera.

- Sí, por supuesto.- Uraraka miró al pelirrojo, que parecía ser solo centímetros más bajo que Bakugo.- No pensé que sería tan bueno bailando, duque. Es una grata sorpresa.

- Es normal, ¿Sabes? Sigo siendo un noble... solo que siempre he preferido el campo a los banquetes y ceremonias.- Kirishima parecía pensar en voz alta, cuando levantó su vista vio la dirección a donde se dirigía la futura esposa de su mejor amigo.- ¿Deseas algo de comer, Uraraka?

En algún momento él también había empezado a hablarle sin la formalidad, en esas veces que se veían en la biblioteca a pasar el rato lejos de todo el estrés de palacio. Visitas cada vez más cortas cuando el trabajo les llamaba, lo más común era ver a Uraraka ser llevada por alguna doncella casi a la fuerza y ella pidiendo una ayuda silenciosa a sus amigos.

- Me encantaría.- La canción terminó seguida de otra en el momento en que ambos se dirigieron a la zona de los postres. Todos fueron hechos por su amigo, el mejor cocinero. Es por ello que Uraraka estuvo no solo entusiasmada de llevarse algo a la boca, también quería ver la reacción que tendría Kirishima al probar la delicia.- Un amigo los hizo.- Empezó a decir con orgullo.- Son los mejores postres del imperio.

Eijirô se llevó un pedazo de un muffin a la boca y rápidamente pudo comprobar que la castaña de rosadas mejillas no mentía.

- ¡Es muy bueno!- Kirishima agarró otro muffin de inmediato, mientras su pequeña amiga agarraba un postre de limón.- ¡Hey, Kaminari!- Llamó cuando vio a Denki acercarse a ellos.- Tienes que probar esto.

- Hola, chicos, ¿Qué tal la están...?- Mordió lo que su amigo le ofreció antes de terminar la frase. La reacción fue casi instantánea.- ¡¿Qué es esta delicia?!

Uraraka parecía más que feliz al ver la reacción del caballero que tanto admiraba. Al fin podía estar con gente con la que se sentía más segura entre esa multitud encontrada en la celebración.

- Es un poco irónico estar aquí justo ahora.- Kirishima intentaba recordar sus modales antes de dejarse llevar completamente en la comida a diferencia de la baronesa.- Sé que es un tema tabú pero aún me parece gracioso que Bakugo otra vez se haya salido con la suya.

- Tener que obligarte a aceptar haciendo esos caprichos.- Kaminari estalló en una inesperada carcajada al recordar la escena, fue hace tan solo una semana atrás pero lo recordaba como si hubiese sido esa misma tarde.- Y tú que nos insistías en que no querías aceptar, estoy seguro que no esperabas eso.

- Es verdad, es tan raro ver al emperador ser tan infantil, usualmente él debía ser siempre el más maduro en la toma de decisiones.- Eijirô pensó.