Serpiente

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Tentar a las personas era más fácil que arrastrarse por el suelo, en el suelo había objetos que podían lastimar o era muy frío a veces demasiado caliente; pero tentar a una persona era tan fácil que parecía como respirar.

Solo era susurrar unas cuantas palabras al oído de la persona correcta para el mal, la mayoría de las personas ya saben que es lo que quieren hacer, conocen que es malo, solo necesitan el empujón correcto hacia el mal.

Cada estafador, asesino, violador, asaltante sabe lo que hace y las consecuencias de sus actos, la primera vez que van a pecar tienen el miedo natural a sus actos y entonces sólo un susurro al oído que les diga que nada pasará, sólo deben ser cuidadosos con no ser descubiertos y los humanos lo harán mil veces más de tenerlo en su posibilidad.

Pero arrastrarse por el suelo, eso no era por gusto, es más ni siquiera veía la necesidad de hacerlo, en primer lugar ni quería caer a las entrañas en el infierno. Aunque el cielo le parecía bastante soso ahí podía volar de manera libre. El infierno tenía muchas cosas buenas, podías hacer casi cualquier cosa que quisieras, siempre y cuando siguieras el gran plan ademas de traer almas para el gran señor.

Pero cuando bajó del cielo, el gran señor les asignó poderes, poderes corruptos a los que Dios les había otorgado cuando eran parte de la Corte celestial. Premio de una manera muy extraña a los más fieles, a los dominios, ángeles, querubines, arcangeles; ahora había un príncipe de los infiernos y príncipes por cada pecado, duques y señores cada uno de ellos representados por alguna suciedad o alimaña terrenal.

Y que paso cuando Lucifer le miró, un castigo... Un premio claro, pero para él eso era un vil castigo, aunque jamás lo diría en voz alta. Entre dos de los ahora demonios le tomaban de los brazos mientras Lucifer hacia un discurso aburrido sobre lo que había pasado en los cielos y como con las preguntas del ahora premiado, Dios se había sentido tan incómodo y atrapado que al final decidió hacerlo caer.

Le tomó con una mano por el mentón apretando sus mejillas tan fuerte que sintió que se le rompería la quijada,  su voz se hizo de nuevo sobre todo el infierno.

– Ahora vean a este ángel, tan entregado a la creación de las estrellas y tan fácil de engañar, comenzó a dudar de Dios y blasfemo con sus preguntas contra el todopoderoso. Ahora el será quien con su lengua engañe a esas absurdas nuevas creaciones de Dios, pero no con este bello rostro suyo, ahora un animal rastrero será, una serpiente que engañe a los hombres para que caigan ante mí.

Su risa se hizo con fuerza en todo el lugar y después la risa de todos ahí y así fue ahora Crawley se arrastró hasta el edén y vigilo varios días a ese par de los llamados humanos, primero fue Lilith quien estaba más decidida a huir, después Eva, las palabras alteran muy bien a los humanos, arrastrarse es lo difícil.

Fictober 2019 Good omensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora