Sigilo

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Han pasado más 6000 años desde que lo conoció en el edén, demasiadas cosas vividas juntos y aún así no se atrevería a afirmas jamás que lo conoce por completo. Definitivamente había secretos entre ambos que podría ser que jamás se contarían. Pero un tatuaje no era algo que creyera el otro le ocultaria y aún así lo hizo.

La primera vez que logró verlo fue solo una pequeña línea negra atravesando la piel blanca de la espalda. Aunque en ese momento le pareció quizá una confusión de su parte a causa del placer y además ya había arañando demasiado esa parte del cuerpo ajeno, como para notar si era real o no.

Después de aquello, de salir casi corriendo del armario, dejó el tema de lado y siguió con lo suyo.

La segunda vez que logró ver algo de ese tatuaje, fue en la Librería. Ya casi había olvidado el tema, pero en cuanto él se levantó la camisa, logró ver un círculo negro atravesado por un par de líneas, aunque no alcanzó a captar bien la imagen y cuando apenas se disponía movido por la curiosidad a preguntar, fue callado de la forma más deliciosa que jamás nadie lo callara.

Y cuando terminaron, cuando ambos dormían de manera profunda, enlazados el uno contra el otro. La curiosidad se encargo de despertarlo y se alzó cuidadoso de no despertar al otro. Dormí boca arriba, así que con sumo cuidado le alzó un poco para lograr girarlo, pero vaya que era peso al dormir y no logro más que alzarle un brazo durante la noche.

Estaba bebido y cansado por tener sexo, así que optó por hacerse un ovillo y dormir. Pero no pasaría mucho hasta que podría ver lo que tanta curiosidad le daba. Si bien Aziraphale usaba mucha ropa y cuando llegaban a tener sexo, no daba tiempo de verlo bien, más que trazos aquí o allá y curiosamente cuando quería hablar del tema surgía alguna distracción.

Un día simplemente llegando a recoger a su Ángel a la Librería, había obtenido un lugar en el Ritz (esta vez por medios legales y nada que ver con sus poderes) así que se vistió con la mejor ropa que tenía e iba dispuesto a tocar a la puerta cuando está se abrió y pudo ver a Zira con un rostro contraído, sonrojado y alterado. Fue jalado hacia dentro de la Librería y con palabras atropelladas el otro intentaba contarle un secreto que podía cambiar la visión que Crowley tenía sobre él.

El demonio comenzó a reír con ganas, ni habría secreto alguno que le cambiará la idea del amor que por 6000 años se había formado en lo profundo de su corazón. Así que en lugar de preocupación lo que le dio fue mucha risa, que detuvo hasta que sintió un golpe realmente fuerte por parte del ángel en su hombro.

Una vez estuvieron sentados y aparentemente tranquilos, Zira comenzó con un relato de hace muchos años. Una época en la que ambos no se habían visto, Zira en uno de sus viajes buscando comida que le había sido recomendada y con su gran apetito se aventuró a Japón, toda la gente era amable, aunque lo miraban extraño al tener rasgos que entre la gente de esa zona no eran conocidos.

Pero entre toda esa gente, conoció a un hombre muy particular. Sumamente inteligente le hablaba de temas que Zira jamás pudo pensar y le llevaba a los mejores restaurantes de Kyoto. Una noche ambos sumamente borrachos después de comer tanto que podrían haber muerto de una congestión. Fueron a un lugar de tatuajes tradicionales y el ángel fue fácilmente convencido de hacerse en la espalda una imagen de protección, que si bien en aquel país no habían nacido los sigilos (nombre que le dio el tatuador y que conoció la práctica en un viaje) si que tenían su forma muy tradicional de tatuar. Dolorosa además de todo.

Y eso era la segunda cosa que más sorprendía a Crowley, primero regalar una espada llameante, después dejarse tatuar un sigilo de protección de una manera dolorosa... ¿Pará qué quería un ángel protección de un sigilo? Y como respuesta una risa suave y traviesas, era para proteger a lo amado y con la mirada que le dio, supo que era para él.. No lo necesitaba tampoco, pero sintió como él pecho se le inundaba calidamente, a quien amaba le cuidaba aún sin saberlo.

Ahora se protegerian ambos con sigilo o no.

Fictober 2019 Good omensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora