Un relato para Halloween

♤Un relato para Halloween I♤

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    -¡¿Listos sus disfraces para hoy?!- pregunta una entusiasta rubia a su mejor amiga situada en su revoltoso casillero.

    -¡Obvio! Esta fiesta la he esperado por meses, y no bromeo, Cloe- cierra si casillero de golpe con una enorme sonrisa.

    -¿Dylan también está emocionado?- sonríe pícara.

    -¡Ay, Cloe! Sabes cómo es, no sé emociona mucho por casi nada- empiezan a caminar por el pasillo con sus mochilas en mano -. Va solamente por verme feliz, y tal vez por los dulces gratis.

    -Es cierto, es un gran queso duro de roer, y tú, mi pequeña Rose, eres la ratoncita que se la ha logrado comer- dice con un tono bromista y sugestivo golpeando su hombro suavemente.

    -¡Calla!- se sonroja -Y aparte, los chicos ya deben de estas impacientes.

    31 de octubre, ¿qué es lo peor que le puede pasar a unos adolescentes en esta noche de fiesta?, tal vez ese es el pensamiento de estos chicos en esos momentos. Los terrenales no deberían ser tan confiados.

    -¡Ey! ¿Dónde estaban, par de enanas?- levanta las manos un poco molesto Tobías.

    Las amigas avanzan risueñas hacía la camioneta en el estacionamiento donde las esperaban los chicos.

    -¿Te enojaste, árbol?- lo molesta Cloe.

    -Muy graciosa, Cloe- se ríe con ironía.

    Rose va directo con su novio, el cual la recibe con los brazos extendidos y un picoteo en los labios.

    -¡A mí sí me pareció gracioso, Cloe, jaja!- apoya apenado y rascando su nuca el pelirrojo del grupo.

    -Jaja, gracias, Charlie- sus blancas mejillas de pronto de vuelven de un carmesí intenso.

    -Bueno, ya vámonos, aún tenemos que pasar por los disfraces de ese par  de tontos- pide Dylan apuntándolos con el pulgar detrás de su hombro, aún abrazando a su novia.

    -¡Cierto! Aún necesitamos algo aterrador- menciona Charlie.

    -Como tu digas, zanahoria.

    Todos toman posición dentro de la camioneta excepto Tobías que sube a la parte de atrás y se recuesta en la cabina.

    -¿Qué no vas a entrar?- pregunta Cloe.

    -No gracias, disfruten su espacio chicos- les dice con las cejas de arriba hacia abajo a la rubia y el pelirrojo, los cuales quedaron sólo en la parte de atrás en la cabina.