♤Un relato para Halloween V♤

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    Pero ya había pasado el momento de deshonrar cuando se topó con Charlie y juntos fueron hasta el centro del pueblo, el día estaba un poco oscuro a pesar que era tarde, no hacían nada en específico sólo ojear anaqueles y caminar en silencio.

    -Odio, esto- comento Tobías -. Podríamos regresar a casa en auto si Dylan no la hubiera cagado con Rose.

    -Oye, lo sé, pero lo que pasó entre ello estuvo muy fuerte.

    -Ah, lo sé- suspiró pateando una piedra en el camino. Ambos llevaban sus suéteres serrados, porque a pesar de que era noviembre, la temperatura había bajado más de lo usual.

    -Mira, es la tienda rara que visitamos el viernes pasado- dijo señalándola. Efectivamente, estaban frente a esa desordenada y peculiar tienda, con curiosidad decidieron entrar, sus pasos simplemente los llevaron de vuelta a ese sitio.

    Miraron con distracción la tienda, notando que ya no estaba tan desordenada y había tantas cajas como antes, ahora lo estantes estaban bien colocados y organizados. Entonces Mister Riordan salió del pequeño cuarto trasero del loca para atender a sus clientes:

    -Hola, soy Mister Riordan y esta es mi tienda... ¡Son ustedes!- dijo en cuanto los vio.

    -Gracia por el cumplido- dijo Tobías irónicamente.

    -No, yo- dijo poniendo su mano en el pecho, parecía que estaba tratando de calmarse -no quise decir eso... ¿Y a qué vienen hoy?

    -Bueno, a nada en específico- hablo Charlie.

    -Mmm. De acuerdo...- respondió Riordan sin verlos, bajando la vista, su actitud podría llamarse algo sospechosa -. Una pregunta, ¡y sus amigos?

    -No vinieron- Respondió Tobías con duda de por qué estaba preguntando por sus amigos. Ambos adolescentes no le dieron importancia y siguieron en su asunto.

    Charlie en un momento del recorrido se alejó de Tobías para mirar sólo un estante lleno de cachivaches, de inmediato una pequeña figura dorada con forma de hada captó su atención, sus ojos no podían despejarse de esa figurita. Después de unos segundos de estarla apreciando, con sigilo miró a todos los lados y cuando estuvo seguro que nadie le ponía atención con urgencia tomó la estatua y la metió en su bolsillo, pero una mano en su brazo lo sorprendió.

    -Te voy a pedir por favor que devuelvas eso- le dijo Mister Riordan.

    -¿Qué pasa?- preguntó Tobías percatándose del movimiento del enigmático hombre.

    -¡Nada!- se apresuró a decir Charlie.

    -Muchacho, por favor, pon eso en su lugar y hablemos- le pidió Riordan.

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