IV

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Una llovizna leve se hacía presente esa mañana, un par de gotas y demasiadas nubes grises anunciaban la época de lluvia.

Ese 13 de octubre, las cosas se notaban tensas en el consejo, los consejales y los espectantes sudaban en sus respectivos trajes de época, el rey se veía cansado, irritado y fuera de sí. Con decir que le gritó a su consejal más antiguo, un hombre mayor que le había servido a su padre, era suficiente.

Harry era un rey temido, sin embargo el respeto que pocas veces sentía hacía las personas lo demostraba de manera totalitaria. Quizás por eso era que le costaba tanto mandar a ejecutar a ese criado. Las cosas siempre habían sido tan claras para él, tan frías en ese "X problema igual a ejecución".

Por lo que aquel 13 de octubre, aquella reunión de 3 horas sólo duró 40 minutos, terminando con un Harry muy irritado. Decidido a poder perdonar a Louis caminó hacía su habitación, enojado sin poder saber el porqué, deseando acercarse a ese niño que lo miró con miedo, deseando quitarle ese miedo. Sin embargo Harry creía que el temor era parte del respeto, si Louis no lo respetaba podría huir lejos de él, y la sola idea de ese hecho atormentaba al monarca.

. . .

Las cosas iban definitivamente mal.

Todo su esfuerzo por mantenerse en una pieza no sirvió de nada, ahora no solo iba a morir, sino que antes lo iban a violar y/o torturar.

Louis se lamentaba en la habitación del Rey, ahora había dos guardias afuera, dos adentro, y dos en un balcón que al parecer había en la habitación, la vez pasada no había abierto las cortinas pero ahora no podía hacer más que apreciar la hermosa vista. Las luces, los edificios, los árboles, el cielo que aunque estaba nublado ayudaba a crear una imagen perfecta, una obra arte que Louis solo había podido apreciar en los cuadros que rara vez lograba ver en el palacio del Rey Payne.

Todo allí era tan irreal, que Louis se planteaba la posibilidad de estar soñando, porque aquella vista, aquel lugar, aquellos ojos... Posiblemente eran desvaríos de su mente, tan demente que siquiera en los sueños podía estar sin arruinar algo.

El ruido de la puerta abriendose hizo a Louis salir de su regaño mental, dejando ver a aquel hombre que se comportó tan extraño con él. Su figura le causaba miedo, si bien le sacaba solo 10 cm, su capa lo hacía ver más grande, fornido. Su postura y su expresión lograba asustar al pequeño Louis.

-Fuera de aquí. -Los guardias se esfumaron tan rápido que Louis no tuvo tiempo a pensar si esa orden también aplicaba en él, pero el sonido de la puerta cerrándose selló su destino; quedó a solas con el Rey.

Temoroso, con dudas sobre sus movimientos Louis se alejó de la ventana con el bello paisaje, colándose a un lado de esta para luego arrodillarse.

Harry sonrió, enternecido con la imagen, cediendo ante su lado humano, decidió algo importante: Mostrarse ante Louis como él mismo, como Harry. Eso lo asustaba un poco, sin embargo no se le puede temer al infierno teniendo un ángel presente.

Perdido en la imagen, recordó algo al ver el moretón de Louis... Louis no quería estar ahí, y hasta poder formar... algo con él, debía mantenerlo a su lado, aún si esto implicara ser un rey unos minutos más.

A pasos cortos se acercó a Louis, quien comenzó a temblar. Se lamió los labios buscando la forma de hacer eso. Eso que ni él sabía que era, así que dejo que todo suceda sobre la marcha.

-Louis. -En un tono normal pero autoritario preguntó-: ¿Que sientes, Louis?

Inseguro, el niño pensó. -Miedo -respondió, lo más rápido que pudo, con su voz baja y sus ojos aún mirando el suelo.

Al igual que en su corazón, el cielo pareció sentirse triste. Las nubes derramaron las lágrimas del dolor de Harry: comenzó a llover.

-No puedo sacarte el miedo, si eso significa que te irás. -Su semblante se volvió más serio, digno de temer. Fue cuando rodeó al muchacho, quedando detrás de él, y en una desespera acción por que Louis entienda colocó su pie en la espalda del ojiazul, haciendo que este se agache, quedando de cara al suelo.

-N-no no, no me volveré a ir -habló tembloroso-. Lo prometo.

Retiro su pie, se agachó y tomó la barbilla del muchacho. Lo miró directo a los ojos, indagando en ellos...

¿Que podía hacer frente a eso?

-Te lo prometo -repitió. Ese era un don de Louis, decir mucho más con la mirada que con las palabras.

Harry le creyó. Mierda. Harry le creería cualquier cosa que dijera si al hacerlo lo mirará de aquella forma... Y así, perdido en esos ojos azules, se acercó...

Lento...

Esperando.

Y Louis también se acercó...

Bajaron la vista de los ojos del otro hacia los labios.

Louis juraba sentir esas mariposas que la gente mencionaba.

Harry no quería asustar a Louis...

Se acercó más, aún más despacio.

Podía sentir el calor de Louis. Sus narices se rozaban...

Louis quería acercarse más...

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Si ven mala puntuación o faltas de ortografía, avisen por fis :3

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