Su majestad

II

Louis no entendía mucho, todo el momento anterior se repetía en su cabeza y por aun que buscará: no había una explicación lógica. El rey de Rusia le había prestado su trono, se arrodilló frente a él al mismo tiempo que lo miró con suma atención mientras comia, y eso era definitivamente raro.

Ahora se encontraba en una habitación gigante, en ella entraban como 15 habitaciones de las suyas. El lugar era hermoso, todo digno de un rey, cosas de oro y detalles de diamantes por doquier. Una sola de estas pequeñas piedras brillosas valían más que su vida, y él lo sabía. Por esa razón se sentía fuera de lugar, pero estaba tan confundido y asombrado que no podía pensar que él no debería estar allí.

Luego de poco más de media hora había examinado toda la habitación, y estaba dandose cuenta de algo...

Él era un criado.

Y un rey lo había mandado a llevar a su habitación.

Ahora tengo miedo.

Pensó para si mismo. Nada bueno podía salir de esto, claro que no. Tenía que irse.

Pero antes de poder llegar a la puerta, cuando le faltaban dos pasos para llegar, el dicho rey la abrió. Le sonrió a Louis, y este se paralizó.

Tiene hoyuelos.

Son hermosos.

¿Pero qué mierda?

Se reprendió mentalmente, tenía que irse, huir y no dejar que el rey haga lo que sea que quiera hacerle.

—Tranquilo, no te lastimaré —habló lento y tranquilizador el rey, al ver la expresión del ojiazul.

Y Louis enserio quería huir, y... Así lo hizo.

Porque quizás si hubiera pensado un instante, si hubiera conectado con esos orbes verdosos que lo miraban con confusión ahora, pero antes con admiración, quizás si hubiera atendido a su sentido común y lógico que le decía que lo más seguro era quedarse, solo quizás, se hubiera ahorrado el infierno que le esperaba esa noche.

Y es que Louis estaba asustado, su instinto le decía que debería huir, que ahí no era seguro. Y eso era lógico, atendiendo a la situación de que un extraño lo había metido a su habitación. Pero no tan lógico sí ese extraño es un rey.

Y antes que nada, es algo egoísta culpar a Harry por lo que hará, el sí se enamoró de Louis en el primer instante que lo vió. Y fue amable, amable como los hombres de los libros que leía, donde él la salva y ella le agradece, el rey basaba sus muestras de cariño de los libros, ya que su educación era muy distinta a lo que él hizo.

Sus instructores y consejales jamás aprobarían ese comportamiento, pero a él no le intereso y se dejo llevar.

Y en consecuencia de eso Harry había sido recibido en su dormitorio –donde dejo entrar a un desconocido– con un empujón que no dolió, apenas si se inmutó, pero su enojo no era por el golpe físico, sino porque lo que Louis hizo fue un golpe al orgullo del rey.

Y quizás, solo quizás, también a su corazón.

Harry no midió sus palabras, solo ordenó; busco algo para dañar al chico como él lo había dañado.

Pero el amor no tiene explicación y el rey solo podía comparar su dolor con lo peor que conocía.

La muerte.

—¡MATADLO!

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Holis :3

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