Jamás

215 20 21
                                    

Unos Días Después

Los días han transcurrido y tanto Fulgencio, como Socorro e incluso toda la servidumbre de los Montenegro no le han permitido a Saúl el contacto con Mauro ni con ningún otro referente a él, como por ejemplo lo era Oliver, Antonio y María Paula. Incluso Roberta tenía que acatar esas ordenes, aunque a ella no le parecía del todo, aun era una sirvienta, una persona de clase baja para Don Fulgencio y para Doña Socorro, una simple persona más del servicio domestico de la casa grande, y su opinión no importaba ni un misero grano de arroz en ese mundo de las altas sociedades; Así que lo que debía de hacer, era soportar tanta injusticia, y sobre todo ver como sus patrones trataban al joven castaño, y que ella no pudiera hacer nada.

Mauro no era la excepción en lo que se lo conoce como tristeza, ya que los días en los que no ha visto a Saúl se le han hecho eternos, era como si en toda una vida no se hubieran visto, y el rizado sólo se la pasaba encerrado en la habitación que compartía con Oliver en la casa de María Paula y de Antonio, llorando y lamentándose día con día por como lo trataron la familia Montenegro, y sobre todo como lo había tratado Saúl, su rechazo fue el que más le dolió de todos.

En la obscuridad: Mauro se encontraba sentado en el piso de la habitación de la casa de los españoles, recargando su espalda sobre la base de la cama en la que dormía, llorando mientras abrazaba sus piernas y escondiendo su rostro en ellas. Las palabras que le dijo Saúl se repetían en su cabeza una y otra vez:

Flash Back

Mauro: Saúl por favor, tengo que hablar contigo

Saúl: P-Perdóneme usted pero.... Yo jamás lo he visto en mi vida

Un fuerte dolor se sintió en el corazón de Mauro, era como si con unas manos lo hubieran apretado hasta destruirlo por completo, lo cual provocó que también llorara en el momento

Mauro: -Con la voz cortada- S-Saúl ¿Que dices? S-Soy yo, M-Mauro

Saúl: Lo siento pero no lo conozco, me debe de estar confundiendo

Mauro: -Llorando- S-Saúl soy yo, el chico que te dijo que te quiere, el que te dijo que estaba enamorado de ti

Saúl: ¿Que? U-Usted está loco, sólo un loco se enamoraría de un hombre y yo no soy un loco, mejor háganos el favor de irse de aquí y nunca volver

Fin del Flash Back

Mauro estaba triste pero a la vez confundido, ya que si Saúl le aseguraba estar enamorado de él y viceversa, ¿Por que lo trato de esa manera? Según él tenía entendido, cuando tú estás enamorado de una persona, nunca serías capaz de hacerle daño a esa persona. "Entonces eso quiere decir que él no estaba realmente enamorado de mí como decía" Eso mismo se decía Mauro a si mismo.

De pronto a la habitación entró Oliver, y Mauro rápidamente se limpio las lagrimas de sus ojos, si algo no le gustaba mucho a él y que sentía que lo hacía ver débil, precisamente era llorar frente a su hermano menor

Mauro: H-Hola enano

Oliver ignoró completamente a su hermano para luego tomar su trompo y dirigirse a la puerta para salir a jugar con él. Y es que el pequeño niño rubio no le dirigía la palabra a su hermano desde hace días, desde que llegaron a vivir a la casa de María Paula y de Antonio para ser exacto, porque por la charla que escuchó entre su hermano y los españoles, él pensó que el que los Montenegro los corrieran de la casa grande era por su culpa. Eso era lo que le dolía igual o más a Mauro.

Mauro: O-Oliver por favor, ya no seas así conmigo, de porsi no me siento muy bien emocionalmente para que tú también estés molesto conmigo, por favor enano, háblame

Mal Visto (Aristemo/Sauro)Where stories live. Discover now