Enfrentamiento

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Los dos continuaban besándose tiernamente afuera de la iglesia, ambos estaban tan concentrados y disfrutando de aquel beso que por supuesto, por ser en vía publica se robaron la atención de mucha gente que pasaba por ahí.

Señora 1: Dios mío ¿Pero que están haciendo?

Al escuchar la voz de esa señora y de varios murmullos que se oían cerca, Mauro y Saúl se separaron de aquel beso que estaban disfrutando, para luego ver a su alrededor y ver a toda la multitud en el lugar.

Señor 1: ¿Como se atreven?

Señora 2: ¿Como pueden cometer tal barbaridad?

Señora 3: Y frente a la casa de dios

Señor 2: -Les grita- ¡PAR DE MARICONES!

Señor 3: -Grita- ¡PECADORES!

Señora 4: -Grita- ¡OJALÁ QUE MUERAN Y SE PUDRAN EN EL INFIERNO!

Señor 4: -Grita- ¡LÁRGUENSE DE ESTÁ CIUDAD, NADIE LOS QUIERE AQUÍ!

Y mientras les seguían gritando varios insultos a los Sauros, Saúl y Mauro se miraron con temor en los ojos y con pequeñas lagrimas empezando a salir de sus ojos, para decirse en voz baja

Saúl: Tengo miedo

Mauro: V-Ven conmigo, V-Vamonos -Lo toma de la mano- Juntos

Mauro empezó a correr jalando a Saúl con él, pero claro, como la gente que estaba en el lugar era demasiado violenta, optaron por tomar varias piedras que estaban en la calle apra empezar a lanzarselas

Señor 1: ¡MARICONES! -Arroja la piedra-

Señora 1: ¡ PECADORES! -Arroja la piedra-

Señor 2: ¡PERVERTIDOS! -Arroja la piedra-

Señora 2: ¡MUÉRANSE! -Arroja la piedra-

Claro que varias piedras lograron alcanzar al par de jóvenes, afortunadamente ninguna los golpeo en el rostro, sólo en el cuerpo, pero eso sí, en ningún momento rompieron esa conexión que tuvieron al tomarse de las manos y empezar a correr juntos. Cuando finalmente lograron estar lo más lejos de aquella multitud, los dos lograron llegar a un callejón abandonado para esconderse. Al llegar ahí, los dos empezaron a respirar agitadamente por el cansados que estaban

Mauro: Dios mío, ¿Estás bien Saúl? 

Saúl no contestó la pregunta del rizado y solamente lo abrazó fuertemente mientras comenzaba a llorar

Saúl: C-Creí que te perdía Mauro, N-No soportaría vivir sin tí, N-No otra vez

Mauro ahora estaba conmovido, nunca pensó sentir tantas emociones juntas al oír unas simples palabras de la boca de un simple chico, pero esas no eran unas simples palabras, y ese no era un simple chico, esas eran palabras hermosas y ese.... Era su chico

Mauro: -Lo abraza igual- Tranquilo, aquí estoy

Saúl: -Se separa- ¿Y ahora? ¿A donde iremos?

Mauro: Descuida yo se a donde, P-Pero la pregunta aquí es.... ¿Tú quieres venir conmigo? -Le ofrece su mano- 

Saúl: -Sonríe- Sí Mauro, contigo iría hasta el fin del mundo -Lo toma de la mano-

Ambos sonríen y empiezan a correr asegurándose primero que no hubiera peligro alguno, y al asegurarse de que no, ambos corrieron en una sola dirección.

En otra parte de la Ciudad

Antonio se encontraba en su casa sentado en uno de los sillones de la sala leyendo el periódico mientras que María Paula estaba mirando por la ventana que daba a la calle 

Mal Visto (Aristemo/Sauro)Where stories live. Discover now