Mi adorado tormento

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Tres días exactamente habían pasado y hoy era nuestro viaje, la verdad estaba nerviosa, no por el viaje si no por estar sola con él, ya que la Yamanaka no viajaría con nosotros y por ello había hecho un enorme berrinche.

Además, con lo que había vivido con Sasuke, en verdad me hubiera gustado que, si viajará con nosotros, aunque me hubiera hecho el viaje de cuadritos, pero ella tenía trabajo pendiente aquí en Tokio y por ello no podía ir.

Solo viajaremos los diseñadores juniores, nuestro jefe y yo, tenía esperanza que Kurenai nos acompañara, pero nuestro jefe le habia dejado trabajo encargado y de ahi que su asistente no lo acompañaba.

Ayer había salido con Kiba y le había dicho que viajaría a Estados Unidos, él también regresaría a su hogar pronto y aunque aún no sabía cuantos días duraríamos allá, Kiba me iba a alcanzar y sería mi guía.

En unos minutos mi tormentoso jefecito pasaría por mí, solo esperaba que se comportara.

El timbre de mi departamento sonaba, tomaba mi maleta y abría lo más rápido posible que podía la puerta y..

—Hola Hina-chan que bueno que te alcance..

—¡¡Kiba!! Hola, pensé que era mi transporte..

—Con gusto te llevo al fin del mundo si quieres, sabes le pedí prestada la motocicleta que Shikamaru rento y si quieres te llevo al aeropuerto..

—Cómo crees, claro que no Kiba, pero ¿Qué haces aquí?

—Vengo a darte mi dirección y teléfono local, allá nos vemos Hina-chan, yo viajo mañana, hoy no puede..

—Oh ya veo— al guardar la tarjeta en mi bolsa —entonces nos... — Y antes de poder continuar hablando, el sonido de un claxon interrumpía la conversación y al ver quién lo provocaba, era ni más ni menos que 

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Hoy por fin tendría a Hinata Hyuga solo para mí, el vuelo era a medio día y estos días no la había visto mucho que digamos, ya que quería que terminara sus bocetos, además de que estaba muy ansiosos de estar solo con ella..

Hoy yo iría por mi Hyuga, los otros diseñadores habían viajado ayer, ya estaba todo planeado y no iba a dejar que se fuera sola, ni con esos otros tontos y al deshacerme de mi equipo, viajaremos solitos y al sonreír de medio lado..

Era hora de empezar la caza, así que llegaba como todo un galán por ella y al estar por bajar del auto, veía a