Capítulo 3.- Otra Vez...

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–... ¡Prefiero morir junto a tiiiii! –cantó – ¡A no verteeeee! –terminó de cantar el mexicano.

Se encontraba en su cuarto escuchando su música mientras hacía la tarea, después de terminar con el receso, ambos se fueron juntos y claro que despidieron en los grandes pasillos que comenzaban a estar solas.

Después de eso, México ya ni tenía idea del porque lloraba, no pasaban ni 24 horas y ya cree superar a USA. Ahora estaba perdido en sus pensamientos de que grado iría aquél chico; ¿Cuantos años tiene? ¿Que hará después? Tenía preguntas que solo respondería China, estaba feliz de esa última palabra que dijo cuando se alejaban.

"Nos vemos mañana Quetzal"

No entendía porque se emocionó con solo esa palabra, sabía que eso iba a hacer una gran amistad, bajó de su cama y se dirigió a las escaleras para ir a la cocina.

–Mierda... ¿Otra vez? –decía un venezolano mientras tecleaba en su teléfono.

–¿Ahora que pasa? –dijo México mientras buscaba el café.

–Colombia me está reclamando de sus zapatos otras vez... Creo que tiene una cita –dijo tecleando como si quisiera perforar al pobre móvil.

–Pues creo que deberías de... –su cara se topó con la ventana, se quedó en un total shock.

–¿México? –Venezuela volteó a la ventana y también se quedó helado –Otra vez... –su respiración era muy rápida y sus pupilas dilatadas solo reflejaban otra vez ese miedo.

–Llama a Arge... –dijo mientras buscaba debajo de la mesa el arma que les había dejado su padre.

Venezuela corrió a las escaleras gritando el nombre de Argentina. ¿Porque tenía un arma? Bueno... Su padre le asignó 2 armas a varios cuartos por si algo pasaba... Pero... En esta ocasión era el mismo problema de todos los días... Alguien estaba en su casa otra vez mirándolos.

–Ya llegué –dijo alistando la escopeta –¿Donde está? –se colocó a lado de México.

–Dentro de la casa, en el sofá viendo Neflix y ahora mismo le estoy preparando las palomitas –contestó el mexicano.

–¿En cerio? –le siguió Venezuela y rió.

–Ya entendí su sarcasmo, me refería que a donde se fue el gil –se asomó por la venta pero no había nadie.

–Yo que sé, estaba allí y... – Paró en seco al recordar algo.

–¿México? –el nombrado volteó a ver a Venezuela –Di me que no dejaste la ventana abierta de tu cuarto –

–No dejé abierta la ventana de mi cuarto –un ruido los sacó de su plática.

Todos subieron al cuarto del mexicano, que efectivamente no estaba abierta pero estaba rota por una piedra, en eso se escuchó como alguien entraba al hogar de ellos.

–¡Larguese Sapo! –se escuchó un disparo.

–¡Chileee! –bajó deprisa el mexicano junto a Venezuela.

♥Carita Empapada♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora