La generación de héroes que albergó al sucesor de All Might se ha graduado, han pasado un par de años y como había de esperarse, muchos han hecho ver sus relaciones amorosas al mundo. Jirō Kyoka, batallando contra la depresión y ansiedad, está vivie...
La madre de Jirō Kyoka siempre reprimió los deseos de la chica como si hubiese que hacer de ella un soldado, por eso se le ve tan fría siempre, tan callada.
Cuando, en secundaria comenzó a sentir por primera vez atracción sexual hacia otra persona, supo de inmediato que era algo que su madre no tenía que saber. Para colmo, sucedió con una mujer, una, dos, tres y cuatro veces. Era homosexual.
Cuando Kyoka entró a U. A., conoció a Yaoyorozu Momo, una chica admitida por recomendación, alta, de larga cabellera azabache, siempre peinada en una cola de caballo voluminosa, de ojos negros, enormes y brillantes, sus labios pequeños, su nariz también pequeña, su piel tersa como la de una fruta madura, su cuerpo, a excepción de sus enormes pechos, no era el más llamativo ni atlético de todos, pues, debido a su quirk de creación, debía almacenar grandes cantidades de lípidos y grasas.
Jirō se vio atraída por Momo desde el primer momento, su rostro era realmente hipnótico para ella, sus ojos profundos, su cabello brillante y su pecho voluptuoso no la dejaban quitarle la mirada de encima, aunque fuera desde lejos, aunque Momo no se percatara de su presencia más que de la de los demás.
Ésta bella muchacha era amable con todos, linda, indescriptiblemente linda, siempre mostraba una sonrisa al hablar y la suavidad de su voz no tenía comparación.
Se hicieron buenas amigas y Kyoka nunca dejó ver su atracción, nunca dejó ver que la veía más que al resto de sus compañeros, nunca dijo nada al respecto, nunca se dejó sonrojar por ella ni sorprender contemplándola, sólo ella sabía que, cada vez que por alguna razón debía estar cerca de Momo, se encontraba en el lugar donde se fusionaban el cielo y el infierno.
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—Jirō-san... — la dulzura de la voz de Yaomomo le derretía el corazón, pero aprendió tan bien a esconder sus sentimientos cual soldado, que no dejaba que nada de eso se notara. Yaoyorozu era tan linda con todos que nadie podía tener algún sentimiento negativo por ella.
Cuando se mudaron al dormitorio de la escuela, Kyoka disfrutaba como nadie cada noche escuchando la tersa voz de la morena, quien hablaba casi sin parar, especialmente cuando debía ayudar a los demás a estudiar.
En segundo año se hizo novia de Todoroki Shōto, el otro chico admitido por recomendación, y, contrario a expectativas, Kyoka se mostró feliz por ellos, pues, aunque sentía una enorme atracción por la chica, nunca dejó ver interés o intención alguna de tener una relación con ella, seguro a todos nos ha pasado algo así, sólo disfrutando de sentir la atracción. Ser un admirador y no un pretendiente.
Pasaron los meses, Jirō nunca dejó la medicación, siempre volvían sus crisis; pasaron dos años, Yaoyorozu fue transferida a una escuela de posgrado saliendo de segundo año gracias a su brillantez y dedicación en U. A., Kyoka, se lo tomó con toda la calma del mundo, no le afectó gran cosa.
Al pasar a tercer año, la chica de pelo corto y quirk de earphone jack, se da cuenta que es "perseguida" por su gran amigo Kaminari Denki, y esto, conforme pasan los días le hace sentir más cosas, cada vez hace que su corazón se acelere un poco más, ¿se estaba enamorando?, ella era la más confundida, toda la vida viéndose atraída por cabelleras largas, labios rosados, caderas anchas, bustos voluptuosos, manos delgadas y delicadas y aromas a flores, ahora, estaba siendo inquietada por un chico, por un chico de su clase, ¿qué era lo que realmente sentía?, era diferente a todas las veces anteriores, no le impulsaba el mismo calor en el rostro a acercarse a sus labios como cuando veía a Yaomomo, no era la piel de Kaminari la que le atraía, no era su rostro, no era su cuerpo, sin embargo, cada vez que él se acercaba a ella, su corazón latía con más fuerza y con mayor alegría, cada vez que él se despedía de ella con un beso en la mejilla, el cansancio se le quitaba, cada vez que el muchacho le escribía un mensaje adjuntando una canción, esta se volvía un verdadero simpaticomimético auditivo.
No había en ese momento nadie más confundido que ella.
A veces, después del festival cultural que hubo en primer grado, se juntaban a hacer música el grupo de Jirō, Kaminari, Tokoyami, Bakugo y Yaoyorozu (ella faltaba a veces, quizás la mayoría de veces). Eran una pequeña familia, el repertorio favorito de todos eran Aerosmith y U2, Jirō se perdía en su canto, Bakugo cada ensayo se encontraba a nada de hacer explotar su batería, Tokoyami y Kaminari, hipnotizados por la voz de Kyoka, tocaban lo mejor posible, eran una buena banda joven; cuando Yaomomo estaba, hacían también, dirigidos por ella, ejercicios para mejorar su audición y técnica musical.
Como cualquier grupo en plena pubertad que notaba a un amigo enamorado, se escuchaba a veces, por ejemplo, de la voz de Bakugo
—Pikachu cara de idiota, deja de mirar a la perra del sonido, ¡no estás siguiendo mi tempo! —
O de la voz de Tokoyami (o Dark Shadow tal vez),
—Kaminari-kun, más vale que hagas algo con tus sentimientos, o la distracción de un amor no correspondido hará caer tu talento a la oscuridad —.
Parecía que cada uno de estos comentarios se le resbalaban como agua entre los dedos a Denki, no daba más respuesta que una pequeña sonrisa ladeada, que ni siquiera llegaba a mostrar sarcasmo, mientras que Jirō explotaba por el calor que cada palabra de los chicos le hacía sentir en el pecho.
Jirō y Kaminari eran muy buenos amigos, eran los más talentosos de la banda, la chica apreciaba que él fuera tan resiliente y tuviese ese modo tan positivo de andar por la vida, lo admiraba bastante.
Por parte de él, no sabemos, nadie sabía por qué ni cómo se empezó a fijar en ella, simplemente, cuando nos dimos cuenta, Denki ya se encontraba cada día mirándola hipnotizado, se encontraba acercándosele para abrazarla de la nada, se encontraba insinuándole su amor con cada una de sus acciones.
Desde que Kyoka notó las intenciones del chico eléctrico, parecía que el tiempo estaba transcurriendo doblemente rápido de lo normal para ella. En un abrir y cerrar de ojos pasaron los meses y el grupo ascendió a segundo grado.
Inevitablemente llegó el día en que, habiéndose quedado casualmente los dos solos en la sala común tras la charla grupal nocturna antes de dormir, Denki, mostrándose seguro y no diciendo una sola palabra, se acercó con decisión a Kyoka y posó sus labios tiernamente sobre los de ella.
Jirō no tuvo tiempo de pensar antes de que sus pies corrieran hacia su cuarto, sin dejar ni una mirada como respuesta.
—¿Qué es todo ésto? hasta hace unos días no podía sacarme de la cabeza la palabra "resignificación", creí que este sentimiento era una especie de resignificación del amor... ¿pero qué estoy diciendo? ¿acaso he sentido amor romántico alguna vez como para saber qué significa y cómo resignificarlo? no sabes nada de la vida Kyoka, vamos —se decía a sí misma en voz alta, tras haber cerrado su puerta con todos los seguros posibles, —estoy enamorada —susurró unos segundos después, —estoy enamorada —repitió y soltó una carcajada.
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