La generación de héroes que albergó al sucesor de All Might se ha graduado, han pasado un par de años y como había de esperarse, muchos han hecho ver sus relaciones amorosas al mundo. Jirō Kyoka, batallando contra la depresión y ansiedad, está vivie...
Los días pasaron y dieron de alta a Kyoka, cambiaron su medicación a una más fuerte, la nueva medicina que debía tomar la hacía dormir profundamente de 12 a 15 horas como efecto secundario.
Al estar en casa, ambos evitaron el tema de los últimos sucesos, hasta que, al cabo de cinco días después de volver a dormir en su apartamento, Kaminari, estando en su cuarto ya entrada la tarde, rompió uno de sus largos silencios diciendo
—Lo siento... en verdad lo siento, espero que me comprendas, sigo siendo un ser humano, un ser humano que desea, que sufre, que siente, y yo a ti te amo así, así de humana, apagando y encendiendo tu ánimo a diario, viviendo en el aire por los medicamentos, de esa Kyoka me enamoré... pero no sé si tú estás más tranquila viviendo con el Denki del que te enamoraste, ni siquiera sé si realmente te enamoraste, ni siquiera sé si decías la verdad cuando me llamabas tu "lugar seguro", no sé el verdadero motivo por el que estás conmigo... —.
Jirō empezó a quebrarse.
—Lo entiendo, lo entiendo, y yo también siento lo de la otra noche —, dijo con la voz temblorosa y con un mar de lágrimas empezando a desbordarse por sus ojos.
—Empecemos de nuevo, ¿quieres? —replicó Kaminari.
—¿Cómo? ¿¡cómo!? me has estado engañando y quieres que se me olvide de la nada, sólo quieres evitarte la responsabilidad de hacerme sentir insuficiente, ¿cierto?, te lo pregunto porque tienes que saber que no es necesario, si necesitas más de mí de lo que te doy y lo buscas en otros labios, en otra piel, no necesitas esconderlo, vamos, no debería quejarme, si al fin y al cabo es mi culpa no por darte lo que quieres... te estás yendo de mí porque no encuentras en mi persona lo que quieres... —interrumpió la chica.
—Kyoka, Kyoka mi amor —
—¡No me digas "mi amor" si no lo sientes! —, hubo un silencio, Denki suspiró y carraspeó.
—Por un tiempo pensé que entenderías si alguna vez te engañaba, soy un ser humano y a cualquier ser humano, aunque esté enamorado de una persona, le es imposible no desear a otras —.
—Lo sé... —contestó Jirō con debilidad —pero por respeto a lo que tenemos deberías aprender a controlar esa humanidad —continuó con el tono de alguien que habla sin creerse lo que dice.
—Te amo con todas mis fuerzas Kyoka... No me estoy yendo a ningún lado, no volveré a defraudarte —terminó Kaminari y, sin obtener respuesta, abrazó a su pequeña y esbelta novia, ella lloró al rededor de treinta minutos.
El sol empezó a ocultarse, la chica se calmó y al parecer los dos tenían intenciones de olvidar todo lo que había pasado.
—¿Quieres salir al parque? —dijo Denki, recibió una respuesta afirmativa y Jirō, con los ojos hinchados, se puso una chamarra en la espalda y una sonrisa pequeña en la boca, tenía la actitud de una niña pequeña a la que habían regañado fuertemente, vulnerable, viendo a su novio como veía a su padre.
Bajaron las escaleras y al empezar a caminar por la calle se tomaron de las manos, razón para que ambos corazones heridos palpitaran más fuerte.
Kyoka realmente parecía una pequeña, su ánimo subió inimaginablemente, hablaba y reía cual alumna de jardín de niños a la hora del recreo, Denki sólo podía se ríe ternura, una ternura desgarradora y al parecer una culpa molesta.
Estaba dispuesto a no volver a faltarle el respeto a su relación, tenía bien entendido que se había equivocado, que no era culpa de Jirō su malestar.
—Te amo Kyoka —dijo de pronto, interrumpiendo uno de los chistes de su chica, con una voz que proyectaba más que cariño, tristeza, culpa.
—Te amo también, Denki —contestó ella, con una sonrisa gigantesca. Había sido una reconciliación común, nada del otro mundo, las culpas se expiaron con promesas y la tristeza intentó sanar, sin embargo, la confianza en la fuerza de su relación ya no estaba ahí.
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