#6

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Sexto día: Orgullo.

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— Katsuki, no sé si puedo hacer esto.

— Por supuesto que puedes, deja de ser cobarde.

— ¡No es cobardía! ¡Sabes que no es fácil salir del clóset!

— Sé que no, pero es ahora o nunca.—El rubio puso sus manos sobre los hombros de Jirou, dándole un apretón suave mientras ambos se miraban en el espejo que se encontraba en la habitación de la nombrada. Estaban en su casa por el fin de semana, descansando del estrés de la academia.— Es sólo decir "mamá, papá, a veces me siento hombre" y ya, tus padres son liberales, lo van a entender.

— Ya no quiero.

— Es ahora o nunca.—Volvió a repetir mientras rodaba sus ojos.— Además, estaré para ti.

Jirou soltó un suspiro antes de darse vuelta, pudiendo quedar frente a frente con Bakugo y de manera involuntaria sus audífonos bajaron hasta sus dedos para enrollarse en ellos, empezando a tocar la punta mientras miraba a cualquier otro lugar que no fuera el rostro ajeno.

— No es necesario que estés aquí, ¿sabes?

Katsuki frunció el ceño mientras se cruzaba de brazos.

— ¿Estás desperdiciando mi presencia? ¿Me echas?

— ¡No! ¡Claro que no!—Jirou rápidamente negó con la cabeza.— Es sólo que, ¿de verdad no te incomoda que sea género fluido?

— ¿Por qué me importaría?

— ¿No es confuso?

El rubio se pasó una de sus manos por sus cabellos antes de soltar un bufido.

— ¿Quién te crees que soy? Por supuesto que no lo es, no hay mucho qué entender, simplemente un día eres Kyoka, una linda chica y otros días eres Kyo, un chico bonito, es todo.

Ante aquellas palabras Jirou no pudo evitar que el calor se acumulara en sus mejillas y sonriera levemente.

— ¿Crees que soy bonito?

Observó atentamente cómo Bakugo era el que se sonroja y evitaba su mirada por unos segundos, rascando la parte trasera de su nuca.

— ¿Así que hoy eres chico?

— Eso parece.

Desde temprana edad Jirou supo que era más que sólo una chica, y no lo decía por algún tipo de egocentrismo que le hacía sentir superior al resto. No. Hablaba de la manera en cómo había días que se sentía masculino. En cómo había días que no sentía que debía ir al baño de las niñas, sino el de los niños. Cómo a veces sus pronombres no eran femeninos y el Kyoka pasaba a ser Kyo, un chico.

Nunca le había dicho a nadie porque pensaba que nadie iba a entenderlo o que le iban a iban a mirar raro. Lo mantuvo oculto incluso cuando entró a la academia y conoció gente que sabía que le apoyarían, pero no se sentía bien para hacerlo todavía.

Pero cierto día, había salido con Bakugo a ver ropa, él era el único que compraba ropa en la misma tienda, así que ambos aprovecharon para ir. Se sentía Kyo en ese momento por lo que olvidando la presencia del rubio, se acercó a la sección masculina, buscando alguna camisa que fuera de su talla, pero lo único que encontraba eran para gente con torso largo.

Purple Mess || BakuJirouWeek2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora