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La noche era larga para Formaggio, estaba aburrido de escuchar al arlequín,  sus anécdotas le parecian exageradas; cansado fue a cambiar la estación de radio.

Al otro le resultó lo contrario, estaba maravillado por las costumbres que cada país tenía, sobre todo sus fiestas, las que se hacían en honor a la Pachamama o la del Día de los Muertos.  En un futuro le gustaría estar en alguna.

—si si muy lindo ¿esta porquería no puede sintonizar otras estaciones? está por empezar el partido

Presiona los botones de la radio y pone su oreja en el parlante para poder escuchar algo, pero solo había interferencia. Molesto, decide agitar el aparato

—¡deja de hacer eso!

—necesito escuchar el partido, por si no lo saben Italia pasó a la semifinal y si ganamos nos toca jugar con Argentina la final

— no entiendo a las personas y su desesperación por un mundial

—¡esa Copa se queda con nosotros ja!

— suenas igual que un argentino— suspira molestamente—de casualidad ¿no lo eres?

—nah te lo juro por Dieguito Maradona

—pues lamento arruinarte la noche pero no vas a escuchar nada porque esa radio no sirve

—pero cuando llegamos estaba encendida y a todo volumen-le aseguró Pesci

—¿así?

Gelato pensó unos instantes pero decidió olvidarlo, quería seguir hablando con la única persona que le estaba prestando atención.

Hace mucho que no entablaba conversación con alguien agradable. Su amiga no había tenido tiempo para él debido a su trabajo y a su nueva pareja.

Tampoco podía contar con Risotto, ya que era de pocas palabras. Sólo cuando él tenía sus "momentos alegres" podía hablar más de lo normal. El resto de los días del año, era aburridísimo acompañarlo, es por eso que se dedicaba la mayor parte del tiempo a deambular por ahí.

Ahora, con la llegada de nuevos podría dar rienda suelta a su lengua y si tenía suerte algo más.

—estuve pensando en ir a la India algún día

—¡yo siempre quise ir allí! Aunque iría primero a Egipto

—también es un buen lugar y ¿porque allí?

—mi hermano y yo  estamos obsesionados con el antiguo Egipto, y cuando éramos pequeños jugábamos a los egiptólogos y descubríamos tesoros

—habrán sido unas linduras jugando así

—lo que me daba un poco de miedo eran sus mitos del más allá, ¿sabían que el difunto era sometido a un juicio?, pesaban su corazón en una balanza de platillos grandes, por un lado estaba el órgano y por el otro había una pluma. Si el corazón pesaba más, significaba que el difunto había obrado mal en su vida y como castigo era devorado por un monstruo llamado Aamit

—¿tu hermano te contaba eso antes de dormir? 

Dijo Fromaggio mientras desarmaba la radio

—de seguro no te quería

—y Anúbis era el encargado de pesarlos era el Dios de los Muertos

—sep, definitivamente te quería traumatizar

Usaba su cuchilla para cortar algunos cables.

Pesci suspiró hondamente, estaba contrariado y eso lo angustiaba

La Squadra di EsecuzioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora