Lo Mejor De Mi Vida Eres Tú ❤ (Ralsei X Lector)

Capítulo 8: Flores, aromas y colores.

Quedándonos solos, lo primero que hago es darle un lindo beso en sus labios y abrazarle bastante, susurrándole lo mucho que le quiero y le amo.
siendo día Domingo, debía aprovechar al máximo el tiempo con mi Príncipe, ya que habíamos despertado algo tarde debido a nuestra pequeña fiesta, debíamos usar el resto de nuestro tiempo de manera inteligente.

Le ofrecí a Ralsei que se duchara por el alcohol que bebimos anoche al igual que yo también lo haría.
Él aceptando felizmente, le muestro todo lo que va a necesitar y le doy indicaciones de que una vez termine, se mantenga en mi habitación.
Va a buscar su ropa arriba y se dispone a ducharse mientras yo solo me quedo perdiendo el tiempo en hacer cualquier cosa sin razón ni motivo alguno.
Cuando terminó de ducharse, salió con su reconocible tunica verde, sin bufanda, sin lentes y muy, realmente muy esponjoso por el vapor del agua caliente. No pude evitar echar unas risas por eso a costa de mi Príncipe, mientras él solo hacía pucheros en respuesta a mis burlas. (En serio parecía un lindo Caprino espinoso.)
Le di un pequeño beso en su frente como señal de disculpa y le acompañé a la habitación.
Le presté mi secadora de cabello para que lograra secar mejor su pelaje, mientras le decía que tardaría en el baño. Dicho eso de mi parte, le dejo solo para irme a duchar.
Traté de no demorar tanto para poder utilizar ese tiempo con Ralsei y terminando no más allá de veinte minutos, me propuse a subir...
Aún seguía secando su corto y suave pelo blanco. Me daba ternura verle así, tan esponjoso...

Bajé en búsqueda de un cepillo para pelo de mi Madre en el baño, y le ayudé cepillando su fino pelaje brillante en las partes secas de su cabeza y mejillas.
Terminando de secarse y con el pelo cepillado al agrado de él, le propuse que fueramos a un bonito parque que está ubicado cerca de casa. (Antes cuando era niño, me llevaban mucho allí junto con mi Hermano mayor.)
Ralsei acepta muy contento y juntos vamos al ya mencionado parque.
(Me fijo que él se impresiona mucho por todo lo que el pueblo tiene para ofrecer, desde su gente y sus casas, hasta la naturaleza del entorno que nos rodea. Es normal, en la Dark Realm nunca vi algo similar y lo entiendo. Todo esto parece ser una buena experiencia para él.)
Llegando al parque, solo nos disponemos a caminar rodeándolo por dentro unas cuantas veces, hablando sobre nuestros gustos personales y diferencias para poder conocernos más, mientras estamos tomados de la mano.
El ambiente era muy grato, siendo las 14:30 p.m. y lo mejor de todo, es que no había casi nadie en el lugar, teniéndolo prácticamente para nosotros solos.
Al caminar bastante, vimos unos columpios vacíos que captaron fuertemente en mí, una enorme atención y necesidad infantil de querer balancear en ellos...

*(____):
--¿Te has columpiado antes, Ralsei?--

*Ralsei:
--No, nunca en mi vida.
La verdad es que mi infancia fue más apegada a los libros y el aprendizaje de la magia. Lo siento si no sé como funciona esto...--

*(___):
--Tranquilo.
Ven, yo te ayudaré...--

Dándole instrucciones básicas, me siento a su lado y le muestro la forma correcta para tomar impulso con ambas piernas...
Él en su intento de imitar lo que yo hago, se le dificulta no logrando balancear y deprimiéndose por su fallido intento.
Viendo que realmente no puede hacerlo bien, me bajo del columpio, me pongo por detrás y comienzo a darle suaves empujones para poder mecerle y sacarle una linda sonrisa.
Cada vez se balanceaba más y más alto y él estaba realmente contento por vivir algo así, que solo reía alegremente a todo ello como nunca antes. (Es alguien muy humilde, sencillo y bondadoso. Todo eso me enamora de Ralsei.)
Después de varios minutos columpiando a ese lindo caprino, decidí invitarle un helado.
Él aceptando muy contento, nos bajamos de los columpios y fuimos a una gelateria muy famosa del pueblo,
ambos pidiendo un helado de chocolate con chispas de colores.
Caminando juntos luego de eso por el pueblo para que Ralsei conozca más el mundo donde yo vivo, durante nuestro recorrido, capta su interés una florería...