2

38 9 10
                                    

Ni una hora en el reservado llevamos. Taehyung, Jungkook y Jimin están en la pista bailando, Suga duerme en uno de los sofás del reservado, y Jhope pues él simplemente está en una esquina bebiendo con mi novio mientras yo estoy aquí, solo, bebiendo la quinta copa sin contar lo que tomé en el restaurante, hundiéndome cada vez más profundo en esa sensación que deja el alcohol, mezclado con el sueño que se va adueñando de mi además de el dolor que deja ver a mi novio ignorándome como si fuese invisible.

— Jinnie —Jimin se sienta a mi lado —¿qué haces aquí solo? Oh, Sugui se ha dormido.

— Desde que te has ido a bailar —me estiro, deslizándome un poco más hacia abajo —creo que haré lo mismo.

— ¡No! Ven a bailar —tira de mi, consiguiendo ponerme en pie —hay abajo unos chicos que nos han invitado a copas y tu te vienes también así desconectas un poco. No seas un caso perdido como Yoongi.

— No quiero bailar Jimin.. —me arrastra escaleras abajo con él —beber si, mucho así me duermo cuanto antes.

— Una cosa suele llevar a la otra.

Bajamos las pocas escaleras que quedaban, siguiéndole por entre la gente que hay de camino a la barra, deteniéndome entre él y otro chico casi de mi misma altura, aceptando la cerveza que me ofrece, dándole un trago, tomando la mitad del contenido, sintiéndome un poco más libre pero también más pesado cuando hace algo de efecto.

— ¿Bailas conmigo? —doy otro trago, asintiendo sin pensarlo.

Le sigo hasta la pista despreocupado por todo, dejándome llevar por la música y el efecto de el alcohol en mi cuerpo. Cierro los ojos cuando siento sus manos en mi cintura, su cuerpo pegado por completo al mio, su aliento chocando contra la piel de mi cuello, una suave caricia.. un tirón que me hace caer hacia atrás, chocando contra otro cuerpo, el brazo que aprieta mi cuerpo contra el mismo.

— Nos vamos —Nam tira de mi, arrastrándome por todo el local.

Intento seguir su ritmo pero mis piernas no quieren ceder. Termino el contenido de mi cerveza por el camino, encogiéndome cuando el frio de la calle impacta contra mi cuerpo, temblando incluso cuando subimos al coche, poniéndose este en marcha sin darme a penas cuenta.

— ¡Estabas tonteando con otro! —un golpe en mi mejilla me hace salir de mi estado de embriaguez —¿qué clase de respeto me tienes Seok Jin?

— El mismo que tu a mi ignorándome toda la noche —me estiro en el asiento, cerrando los ojos —no me has hecho ni caso y yo quería bailar. Tampoco es un delito bailar.

— Con otro cuando tienes novio si —gira mi rostro, apretando los dedos en mi mejilla con demasiada fuerza —me debes un respeto.

— ¿Respeto? —frunzo el ceño, encarándome a él —llevas insultándome, golpeándome y haciéndome daño meses ¿y me pides respeto? ¿Tan miserable me crees que voy a perdonar a una mierda como tu? Y estoy enamorado del mismísimo demonio. Eres egoísta y cruel Kim NamJoon.

— No me llames egoísta —advierte, frunciendo el ceño, temblando un poco por su cercanía —si fuese un egoísta te habría abandonado hace años.

— Si quieres eso mejor que pares el coche y me voy —me alejo de él lo máximo posible —no quiero seguir con esto.

— ¿No quieres seguir nuestra relación?

— No quiero seguir con alguien tóxico como tu —le doy la espalda —mañana mismo me iré de casa.

Ninguno de los dos dice nada más. Yo por mi parte ya no me molesto en detener mis lágrimas, sintiendo de nuevo esa presión en mi corazón, ese dolor tan intenso que cada vez se hace más fuerte, aumentando incluso más cuando entro en casa, quitándome la ropa en la habitación que ocuparé hoy por última vez, cayendo en el suelo antes de llegar a la cama, metiéndome en esta con cierta dificultad por culpa del alcohol, cubriéndome con las mantas hasta arriba.

Pasos resuenan en la habitación, cerrando los ojos aunque no tengo ganas de dormirme ahora mismo, tensándome cuando el colchón a mi espalda se hunde, incluso al ser girado con cierta brusquedad, quedando boca arriba, con Nam sobre mi cuerpo, sin nada de ropa cubriéndole, besando con fuerza mis labios, sintiendo sangre brotar de mi labio cuando muerde, apartándole al menos unos centímetros de mi cuerpo.

— ¡No me toques! —golpeo su mejilla, provocando que vuelva a besarme.

Sus labios sobre los míos se mueven mientras que los míos se quedan quietos, siendo separados a la fuerza, adentrándose su lengua en mi cavidad bucal, uniéndose a la mia en un vaivén agresivo que calienta poco a poco mi cuerpo, rindiendome y no ya por el efecto del alcohol sino de sus caricias en mis mejillas, bajando por mi cuerpo subiendo mi camiseta.

Arqueo mi espalda, abrazándome a su cuello cuando me quita la camiseta quedando desnudo de cintura para arriba, volviendo a besarle esta vez por mi propia voluntad. Sus manos acarician mi torso desnudo, provocando una descarga eléctrica que llega a mi entrepierna, gimiendo cuando frota la suya sobre mi pantalón.

— Quitámelo —suplico, alzando mis caderas —y hazme el amor Nam.

Sus manos siguen deslizándose por mi cuerpo, dejando suaves caricias en mi piel, sintiendo la calidez de sus manos en todo momento, llegando a mi cintura, bajando mi pantalón y mi ropa interior juntos, quedando en igualdad de condiciones con él cuando vuelve a besarme de forma lenta, dejándome sentirle sin dolerme la presión que pueda ejercer. Los movimientos de sus labios sobre los míos no son bruscos, la unión de nuestras lenguas cuando le permito el acceso es íntima y cálida, regalándole a mi corazón algo de ese amor que se que queda dentro de él. Cierro los ojos cuando une nuestras manos, entrelazando mis dedos con los suyos sobre nuestras cabezas, cargando su peso ahora si sobre mi cuerpo desnudo.

Su cuerpo entre mis piernas me hacen sentir el calor que emana. Suelta una de mis manos, llevándola a su espalda cuando acaricia entre mis nalgas, introduciendo lentamente un dedo en mi interior, gimiendo, arqueando mi espalda al sentir un segundo, moviéndolos, gimiendo más alto cuando un tercero invade mi cuerpo, invadiéndome el calor cuando roza ese punto en mi interior, intentando controlar mi respiración al sentirme vacio por un instante.

El rasgar de un plástico me hace abrir los ojos, viendo como Nam desliza el preservativo en su miembro, volviendo a amoldarse a mi cuerpo, tomando una vez más mis labios entre los suyos. La presión entre mis piernas, en mi entrada, no tarda en hacerse notar cuando se desliza penetrándome, tensándome, apretando mis manos bajo las suyas, volviendo a respirar cuando ya no tiene un solo centímetro de su miembro fuera de mi cuerpo.

— ¿Sigo?

Asiento, besándole esta vez yo, apretando sus caderas entre mis muslos, sintiendo como se desliza hacia fuera, volviendo a entrar.

Sus embestidas son lentas, nuestros gemidos acompasados. El sueño, a pesar de lo que estamos haciendo, empieza a invadirme, intentando controlarlo enlazando mis pies sobre su trasero, apretando, gimiendo cuando toca ese punto en mi interior empujándolo con fuerza, arañando su espalda.

— No seas tan delicado —vuelvo a empujarle a mi interior con mis pies —no voy a romperme..

— No quiero dañarte Jinnie.

Niego con la cabeza, intentando presionar de nuevo, siendo deteniendo cuando sube una de mis piernas a su hombro, cumpliendo con lo que le pedía, embistiendo con más fuerza, arqueando mi cuerpo, gritando, notando mi cuerpo bañándose de sudor incapaz de controlar mis gritos, mi miembro desatendido que no dudo en tocar hasta que nuestros cuerpos son manchados por mi semen, dejando caer mis brazos y mi cuerpo cuando el orgasmo me invade, durmiendo antes incluso de sentir a Nam caer sobre mi cuerpo, girándome hacia mi lado, abrazando mi almohada sintiéndome vacio, durmiéndome profundamente escasos segundos después.

Fake LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora