𝐅𝐚𝐧𝐠𝐢𝐫𝐥 ➮ 𝐂𝐡𝐫𝐢𝐬 𝐄𝐯𝐚𝐧𝐬

SOY REAL.

Como sí fuera más extraño, Charly me dejó en el hotel donde Chris se hospedaba. Toqué dos veces su puerta, y bastaron segundos para ver al castaño frente a mí. Llevaba su cabello mojado (seguramente se acababa de bañar), su camisa estaba a medio poner, y un short azul.

Dios me libre de pecado, porque me imaginé de todo al verlo así.

Sonrió quitándose de la puerta para hacerme pasar. Cerró la puerta, y al hacerlo lo abracé, sin pensarlo me pegó a él y puse mi cabeza en su pecho. Por primera vez me sentía bien, con él así, mis emociones eran muchas, quería llorar porque le quería, pero quería brincar de felicidad porque él me quería, pero el más fuerte era el de estar en paz, mi corazón palpitaba más fuerte de lo normal, su colonia me mantenía drogada — literalmente — podía sentir su respiración y los latidos de su corazón. Por primera vez podía sentir a Chris Evans de tal manera.

Me separé de él y estaba con la misma sonrisa que tenía hace un momento.

— ¿Por qué el abrazo? — Me pregunta cuando estamos a poca distancia, pero respetando el espacio personal.

Elevo mis hombros. — No hay razón, simplemente quería saber sí eras real. ¿Eres real o eres un ángel? — Lo pellizco en el brazo y él dice un leve "auch" para luego tocarse la zona afectada.

— Te puedo asegurar que soy real, ¿Tenías que maltratarme? — Pregunta con una mano en el pecho de forma indignada.

— Tenía que saber que mi futuro esposo era real. — Digo y me tiro al sillón que estaba junto a nosotros.

Chris alza una ceja sin sentarse a mi lado.

— ¿Futuro Esposo? — Dice y lo miro para asentir. — Entonces, ¿Estarás conmigo cuando cumplas veintidós? —  Pregunta y cruza sus brazos.

— Cariño, yo podría estar contigo desde ya. — Digo tirando de él para que se sentara junto a mi. Chris ríe y me deja poner mi cabeza en su hombro.

— No dejarías Monterrey para ir conmigo. — Dice, y era cierto.

— Buen punto, pero, igual estaremos juntos a distancia, porque sí no, iré a Los Ángeles y te voy a cortar la barba y el cabello mientras duermes, y no dejaré que nuestro hijo merlín te vea. — advierto y me imagino toda la situación. Ay, pobre Evansio.

— Nunca debí meterme con una abogada rencorosa, igual, solo son tres años hasta que lo hagamos oficial, ¿no?, voy a venir como ahora y pasaré bajo el ojo público, pan comido. — Habla como si fuera lo más fácil del mundo.

— Sí Chris, sigue soñando on lo último. — La charla sigue, con otros temas por tocar, incluso hablamos de lo bien que se llevarían Dodger y Merlín.

Había aceptado la propuesta de Chris, y no creía poder arrepentirme.