Rollos

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Miraba por sobre el mostrador los exhibidores de pan.

Aveces era tan aburrido.

Había decidido trabajar medio tiempo saliendo de la escuela en una panadería para ayudar un poco con sus gastos escolares y de paso para comprar una que otra cosilla que quisiera y que su padre no pudiera o se negara a comprarle, a sus 17 años y sin ningún tipo de recomendación y experiencia pudo conseguir un puesto en la panadería local cerca de su casa, gracias a que el dueño la conocía desde pequeña.

Ella sólo se encargaba de colocar las piezas en los exhibidores que estaban en los ventanales del lugar, de rellenar las charolas en caso de que empezarán a terminarse las piezas, mantener aseado y presentable el piso de ventas y luego de atender el  mostrador.

Había comenzado apenas hacía 3 semanas, pero aún así se le hacía tedioso los momentos en que no había mucha clientela.

Minato Namikaze, su jefe, le comento que su hijo vendría a apoyar en el negocio en estos días, Hinata a pesar de conocer de hacía tiempo al señor no conocía a su hijo, ya que aunque la panadería estaba camino a su casa, la casa de la familia de Minato estaba del otro lado de la delegación.

Hinata comenzó a notar que había una nueva variante en la exhibición de charolas desde hacía dos días.

Una charola que despedía un dulce aroma cuando llegaba a tomar su turno de trabajo la recibía con ese agradable olor a canela.

Y ahí, justo como ahora, miraba la charola que definitivamente debía volver a rellenar, ya llevaba más de la mitad vacia.

Se acercó al pasillo, y por la puerta que daba hacía donde trabajaba su jefe se asomó para avisarle que necesitaba unas piezas más, ya que se terminarían pronto los rollos de canela y también las semitas, los bolillos además de las donas de chocolate y las novias de azúcar.

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-Ahora mismo llevo las donas Hinata- respondió desde adentro su jefe- Naruto llevará los rollos en 10 minutos.

-Sí- respondió ella, y de regreso al lugar se preguntaba en que momento habría llegado el hijo de su jefe.

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Ella no lo había visto, o eso recordaba, Minato le dijo que hacía mucho tiempo, ella y su hijo jugaban juntos en el jardín de niños, pero tuvieron que cambiar de escuela a Naruto al comprar su casa, así que dejaron de verse.

Hinata al haber escuchado eso de su jefe, no pudo evitar hacer memoria para ver si recordaba algo de aquel tiempo... pero eran recuerdos borrosos los que tenía a esa edad, recordaba a su primo Neji quien hasta la secundaria estuvo cursando en las mismas escuelas que ella, a Sakura y a Ino... con quienes había tenido contacto... parecía que Sakura llegaba a mencionar alguna vez el nombre de Naruto apenas hacía un año... pero lo hacía como si hablará de un chico un tanto distraído y luego su amiga cambiaba de tema para hablar de Sasuke quien era su novio desde hacía 2 años...

Naruto...

Naruto...

El hijo de su jefe se llama Naruto, y Sakura hablaba  de un muchacho que era de ojos azules y cabello rubio muy hiperactivo y que para bien o para mal era el mejor amigo de Sasuke, recordó que Sakura le pidió a Ino salir en una cita doble con ella y Sasuke... pero luego ya no le comentaron nada.

Al llegar al mostrador volvió a ver las charolas y re acomodó la mercancía. Minato le llevó parte del encargo y le dijo que su hijo volvería ya que la dotación de rollos había estado lista antes.

Ella le sonrió y asintió levemente, luego vio abrirse la puerta que separaba el pasillo de donde se preparaba el pan, y vio salir al fin al hijo de su jefe, entró de espaldas para poder empujar la puerta, luego se dio vuelta, traía dos charolas de rollos de canela.

El al ver que Hinata lo vio llegar le sonrió ampliamente y le guiño un ojo. Ella se sonrojo en el acto y agacho la mirada.

Minato al ver a su empleada un tanto sonrojada volvió la vista y vio a su hijo acercarse tranquilamente con el encargo en las manos.

Le sonrió a su hijo y camino hacia el pasillo, al pasar al lado de Naruto sólo le sonrió un poco.
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- Naruto, no pongas nerviosa a Hinata.- le sonrió a su hijo.

-Claro que no papá- sonrió amable el chico., luego de eso Minato se fue hacía los hornos a continuar con su labor.

...............

Hinata lo vio acercarse, no recordaba a ese chico... bueno, vagamente le había venido a la mente un niño con ojos azules... pero la imagen era muy difusa en su mente.

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- Hola Hinata- le saludo de lo más normal, ella dio un pequeño salto en su lugar.

- Ho... Hola... tu... me recuerdas?- pregunto inocente, luego el rubio rió divertido.

- No...disculpa... mi padre me dijo tu nombre- ella bajo la mirada avergonzada- oye perdón si fui grosero... No fue mi intención.

- No hay problema- sonrió forzosamente, que tonta, si ella no lo recordaba seguro que el menos.

-Pero te he visto.

-Ah?

- Si... bueno algunas veces... en la cafetería cerca de la parada de autobús... Aveces cuando paso por ahí... Y en ocasiones te sientas en la mesa junto a la ventana que da a la calle verdad?- le sonrió nervioso.

- Si... así es.

-Bueno, no creas que te he estado siguiendo... yo tomo el autobús para ir a la escuela y aveces te he visto ahi.

-A... Si, aveces me gusta leer un poco ahí- le sonrió, Naruto ya la había visto sonreír así mientras leía en la cafetería, era una desconocida muy linda.

- Y que te parece?

- Que cosa?

- La sugerencia que le hice a mi padre- le mostró las charolas con los rollos de canela.

-Tu...

- Si bueno... hace una semana te vi entrar a qui, pensé que sólo venías a comprar, pero viendo te vi en el mostrador le propuse a papá hacer un intento con este tipo de pan...- soltó rápido y sonrojado.

- Se venden bien- sonrió apenada, ahora que recordaba, cada vez que tomaba un café en ese lugar siempre pedía un rollo de canela para acompañar su bebida- fue una buena idea.

- Toma uno.- le acercó la charola- me gustaría saber tu opinión.

- Que? no no creo que este bien... son para la venta.

-Este corre por mi cuenta- volvió a sonreírle  ella asintió sonrojada.

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Minato los miraba detrás de la puerta del pasillo, esos dos muchachos.

Recordó el tiempo en que su hijo y Hinata eran más pequeños y jugaban alegremente en el lugar, quien diría que su juego se volviera algo real después de varios años.

Recordó el tiempo en que su hijo y Hinata eran más pequeños y jugaban alegremente en el lugar, quien diría que su juego se volviera algo real después de varios años

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