De chile,mole y pozole.
De tin marin de do pingú e!
One shots de esta pareja, con o sin relación entre relatos, posible lemon, humor, universo alterno etc...
Créditos de las imágenes a sus respectivos creadores.
Naruto ya llevaba más de 3 horas en ese lugar, no sabía que había pasado, estaba ahí bajo un árbol, casi a la entrada de la aldea...
Caminaba de regreso cuando sintió su cuerpo estremecerse y de repente se quedó ahí tirado, no podía moverse, y lo pero... ¡parecía que nadie podía verlo!
Había visto pasar a varios compañeros pero ninguno parecía verlo... o escucharlo.
Esto era ridículo, como no iban a notar que estaba ahí?
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-Oh...- sintió que era elevado de pronto.
Que pasa? Que pasa?!
-De quien será?- los ojos perla de Hinata lo miraban curiosa, además de grandes... mucho- no sabía que alguien tuviera un muñeco de Naruto kun...
Hinata! que alivió... espera un momento... como que muñeco de Naruto kun? No... no soy un muñeco soy yo!
-Me pregunto si podré encontrar a su dueña?- miro al muñeco y acaricio sus mejillas- eres muy lindo sabes...
-Lo siento peque Naruto kun- le sonrió amable - ahora mismo debo regresar a casa... pero encontraremos a tu dueña...
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Comenzó entonces a caminar con el mini Naruto en su brazo, sin darse cuenta lo llevaba abrazado contra su pecho.
Naruto se debatía entre encontrar una respuesta lógica a su situación o dejarse llevar por la suave y cálida sensación de el cuerpo y presencia de Hinata.
Unos ladridos llamaron su atención, lo que la hizo detenerse.
Akamaru se acercó corriendo junto con Kiba.
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-Hey Hinata, como te va?
- Kiba kun, hola.
-Oye y ese muñeco tan feo. Se parece a Naruto.
Kiba soy yo! ayúdame... Oye... feo?
- No es feo Kiba- lo levantó para ver el rostro del muñeco- creo que es lindo.
-Sólo tu podrías decir algo así.
- Kiba!
-Ya ya, no te enojes, sólo no pensé que tuvieras un médico así.- Akamaru ladro en concordancia.- sabes que eso es raro.
-No es mio- bajo los ojos- lo encontré cerca de la entrada.
-Pues no te creo, pero no importa, por cierto, me mandaron a buscarlo, lo has visto- ella negó con la cabeza- bueno, seguiré buscando, cuando lo veas dile que Lady Tsunade lo manda a llamar.- ella asintió con la cabeza.
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Kiba siguió su camino, mientras ella continuó con su camino, Naruto sintió algo raro, el agarre de Hinata ya no era tan firme.
Al pasar por el puente de la aldea se detuvo en medio de este, y se recargo en el baranda mirando al frente.
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Naruto quedó en ángulo a modo que podía ver su rostro desde abajo, parecía tranquila... incluso sonrió.
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-De verdad soy tan rara?
Hinata
-Quizás Kiba tiene razón y sólo a mi se me ocurriría tener un muñeco así... aunque te encontré en la entrada... el creyó que eras mio- sonrió- tal vez le pertenezcas a una niña que te admira mucho... - suspiró profundamente, Naruto le ponía atencion- quizás hasta te admire más que yo... pero... sabes... estoy entrenando muy duro... se que podré apoyarte muy pronto... y te demostrare Naruto kun que... soy más fuerte... y...- se quedó callada mientras miraba al frente.
No tienes que demostrarme nada Hinata... diablos que pasa conmigo? Hasta cuando voy a estar así?!
-Será mejor que vayamos a casa... te quedarás conmigo hasta mañana.
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Naruto no tenía opción, no podía moverse, ni hablar ni nada, así que se dejó llevar, mirando lo que Hinata veía.
Llegó un momento en que se preguntó si ella o dejaría en un cajón... o un armario hasta mañana cuando llegaron a la casa de su familia.
Avanzaron hasta llegar a la habitación de Hinata, ella lo dejo sentado en el espejo de su tocador, mirando hacia ella quien se sentó en la silla frente a él.
Le sonrió de nuevo, esa sonrisa siempre lo hacía sentirse bien... de alguna manera, incluso en esta situación.
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- No importa lo que diga Kiba- le dijo suave- yo si creo que eres muy lindo.
De verdad piensas eso de mi? vaya...
-Bien.
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Se levantó de la silla y se dio la vuelta, para comenzar a quitarse su sudadera.
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-Iré a darme un baño- decía mientras terminaba de quitarse la ropa- espero que mañana podamos encontrar a tu dueña... peque Naruto kun.
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Luego de tomar la toalla de baño y envolverse con ella, miro de nuevo al muñeco y acaricio sus mejillas, luego salió de su habitación.
El pobre Naruto se quedó ahí, sentado... las imágenes de la dulce y tímida Hinata desnudandose frente a él rondaban su cabeza... estaba seguro que no olvidaría eso por mucho... mucho tiempo.
El muñeco perdió el equilibrio cayendo de frente, aún sentado con la cara pegada a la mesa del tocador.
