Ella se dejó caer de espaldas sobre la cama, y mientras rodaba por ella apenas con intención o fuerzas para cubrirse con las mantas, cerró los ojos, sintiendo como nunca antes aquel vacío en su pecho...
-Estoy sola... estoy completamente sola... -Dijo con la voz quebrada mientras de entre sus parpados empezaban a escurrir las lágrimas y un muy débil gemido se formaba en su garganta.
De repente un sonido llamó su atención. El suave crujido que producía la puerta de su recamara al abrirse, tan solo un segundo antes de que una secuencia de pasos se acercaran a su espalda. Tan lentos y tan conocidos.
Tragándose el sollozo que había empezado a formarse en su pecho, la joven fingió dormir, apretando con fuerza los ojos y presionando entre sus manos las sabanas.
-No. No estás sola -Dijo de repente una voz masculina en su oído- Ni hoy ni nunca -Agregó propinándole una tierna caricia desde la mejilla hasta el cuello.
Por fin aquel gemido rasgado escapó de los labios de la joven, y lentamente, casi con parsimonia, giró el rostro, y levantó la vista para encontrarse con los ojos de su compañero.
-Estas aquí -Sonrió, llenándose otra vez sus ojos de lágrimas, pero esta vez de felicidad- Estas aquí. Estas aquí.
Repitió sin poder creerlo, levantándose de golpe y rodeando al joven que le sonreía, por el cuello. Así, abrazados, fundiéndose en el más pasional y, a la vez el más tierno de los contactos, ambos ocuparon la cama en su plenitud. No tuvieron sexo. No hicieron el amor. Solo permanecieron ahí, siendo un solo cuerpo y una sola alma...
Solo permanecieron acostados el uno junto al otro, disfrutando del corto momento que solo la noche puede dar a los amantes. Y lo saborearon con cada suave beso, con cada caricia, con cada abrazo hasta que la primera ave abrió la mañana con su canto matinal.
Entonces el chico soltó un suspiro, mostrando pesar por primera vez en la noche, y mirando fijamente a los ojos de su amada susurró.
-Debo irme ya amor. El sol está por salir -Dijo antes de besar suavemente los parpados de su chica, de su amor, de su mundo- Debo irme... y tú, debes despertar. Nunca lo olvides Por siempre, por siempre, yo te amaré...

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Mis cortos
KurzgeschichtenUna lista de cortos que vienen a mi mente. Algunos de inspiración ajena, otros propia.