Capitulo 5

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En los adentros de una fría torre, donde la luz de la luna se filtra en algunas aberturas en el techo y las paredes, las figuras de dos chicos eran iluminadas por la tenue luz que esa noche de luna llena proporcionaba.

Al peliverde, el panicó lo había hecho prisionero, estaba tan asustado que su percepción a lo que todo lo que le rodea había desaparecido, mientras que el cenizo, tenia sus ojos posados sobre el rostro del peliverde, observando cada uno de sus gestos recordando aquella época, la época que el miedo lo consumía, que todos lo creían un monstruo y que incluso el mismo se consideraba uno.

No comprendía muy bien lo que sentía al ver a ese chico muerto del miedo, era como ver su reflejo de cuando era niño, en los momentos en los que no había nadie que lo consolara y sufría en silencio sin nadie a su lado.

Entonces antes que se diera cuenta tenía la mano del peliverde aprisionada entre la suya haciendo un agarre firme.

Los ojos de Izuku se abrieron de golpe al sentir la mano del cenizo agarrando la suya.

Por inercia posó sus ojos en sus manos entrelazadas y luego su vista se dirigió hacia Katsuki que estaba evitando a toda costa el contacto visual con el peliverde con un pequeño sonrojo casi inperseptible en sus mejillas.

-Tran...quilisate y no seas un cobarde- le dijo el cenizo aún sin mirarlo con cierta vergüenza.

Izuku solo lo veía aún procesando lo que aquel agarre le hacía sentir, sentía como el miedo se desvanecia y como la seguridad que había perdido hace años volvía solo por sentir ese rose entre sus manos, sentía una cálida sensación en su pecho que no podía describir con palabras y que nunca había sentido en toda su vida ni siquiera cuando Todoroki le pidió matrimonio y además, aunque no lo sabía a ciencia cierta, creía que ese misterioso chico era el unico que podía hacerlo sentir de ese modo, un modo que nadie le había hecho sentir pero ¿por qué con él si? Pero un repentino jalón por parte de Katsuki hizo que volviera a la realidad.

El cenizo lo guiaba hasta las escaleras y, al darse cuenta que se dirigía al borde, el peliverde comenzó tironear hacía atrás tratando de evitar llegar ahí pero al sentir que el agarre se intensifico, dejo de luchar y en vez de eso su vista se fijo hacia la de Katsuki quien lo veía de frente con sus intensos ojos color carmín.

-No te soltare pero manten la vista al frente y no mires hacia abajo, no te dejare caer- dijo con una seguridad que hizo que Izuku olvidase por un momento el miedo que recorría cada parte de su cuerpo, el miedo de no saber donde esta, quien era aquel cenizo que le afirmaba que no lo dejaría caer e incluso, el saber que un dragón lo acechaba en alguna parte de la isla.

Todo eso se desvaneció por el simple hecho de oír aquella voz diciéndole que lo apoyaba y que no lo dejaría solo, y por alguna extraña razón, un raro sentimiento de confianza se instalo en él, raro por el simple hecho de que lo sentía por alguien que apenas conocía, tal vez sonaba descabellado pero es así como lo sentía.

Y con esos pensamientos a flor de pie, se dejo guiar por el rubio por las fría y oscura torre sin quitar su mirada de su silueta estando perdido en sus propios pensamientos, al punto de que no se dio cuenta cuando fue que llegaron abajo.

-Ya puedes soltarme- dijo Katsuki molesto por tener la mano de Izuku agarrando la suya. Ya había pasado más de cinco minutos desde que terminaron de bajar las escaleras y el peliverde no lo soltaba.

La voz del cenizo termino despertando a Izuku de su trance y así soltar la mano de Katsuki.

-Bien, sígueme- dijo al mismo tiempo que Izuku soltó su mano sin darle la mínima importancia a lo que hizo y siguió su camino como si nada.

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2020 ⏰

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