Capítulo 1

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-Maldición!!! Y ahora qué pasa?? - Se quejó exasperadamente el director, mientras el muchacho delante de las cámaras paraba la filmación levantando sus manos y gritando "Corte, corte, corte!".

-Pasa que yo no voy a tomarme esa porquería. Es un asco!! - Respondió el muchacho de unos veintitantos, arrojando el vaso de vidrio contra el suelo del estudio, en clara disconformidad.

Nadie en el lugar se lo podía creer! Parecían estar presenciando la pataleta de un niño de seis años en lugar del reclamo de un hombre de 23. Lo peor de todo es que ya tenían todo listo para la filmación del comercial. El muchacho lo sabía y había esperado justo a ése momento para quejarse y por eso, las horas de trabajo acababan de terminar en la basura por su culpa.

-Pero qué coño dices? - Reclamó el director, pasándose ambas manos por el rostro.

-Ya lo oíste. No me voy a tomar esa porquería. Me largo de aquí. - Dijo y avanzó hacia la salida. Pero justo en ese momento, un hombre alto y fornido entró al estudio.

-Qué sucede aquí? - Preguntó el recién llegado, echando una dura mirada al jovencito que, sabiamente, detuvo sus pasos y volvió al lugar que había estado ocupando desde el principio.

El director se giró para quedar de frente al hombre. - Pasa que Francisco no quiere hacer el comercial. - Acusó, causando que el muchacho arrugara la frente y levantara la voz para defenderse.

-Yo no dije eso! Dije que no me tomaría el jugo, nada más!! - Contestó, sabiendo muy bien que no debía cabrear a su manager, que casualmente era su padre.

-Sin gritar, hijo, que aquí nadie es sordo. - Le regañó el hombre, caminando hacia el chico que lo miraba con ojos ansiosos.

-Todavía tiene la osadía de llamarme mentiroso. Señor Carlos, espero que el muchacho recapacite y haga el comercial o me veré en la obligación de poner una demanda por incumplimiento contractual si no lo hace.

Todos en el estudio no podían despegar sus ojos de la escena que tenía lugar delante de ellos. Era imposible hacerlo. La tensión que se veía en los rostros de los tres protagonistas provocaba fascinación, y las cabezas de los testigos se movía de un lado al otro para no perderse ni un detalle.

-Hijo, dime la verdad. Qué pasó? - Interrogó Carlos, tomando el brazo de su muchacho para ponerlo más cerca.

Francisco quería bajar la cabeza pero sabía que a su padre no le gustaba cuando hacía eso, así que mantuvo la mirada en los ojos claros de su papá.

-Es que... es que sabe feo, papi. - Se quejó, tratando de ocultar al traidor de su labio inferior que quería convertirse en un puchero.

-Pero si a ti te gusta mucho este jugo, ¿cómo puedes decir que sabe feo? - Carlos realmente no lo entendía. A su hijo le encantaba ese jugo y mucho más el de sabor durazno que era el que le habían servido. Sería posible que estuviera feo en verdad?! Si bien el estudio estaba a una temperatura agradable, tal vez no habían tenido el mismo cuidado con la bebida y ésta tendría un sabor desagradable??

-Es-estaba vencido, papi. - Francisco sabía que a su papá no le gustaban las mentiras, pero como él había tirado el vaso que contenía el dichoso jugo, no quedaban evidencias que lo expusieran.

Carlos sintió que la sangre le hervía en las venas y se dirigió enojado hacia el director. - Por qué coño no tuvieron el cuidado de darle un jugo que no estuviera en mal estado. Por Dios!! Mi hijo no tiene por qué soportar su descuido, podría haberse enfermado si lo tomaba y...

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