Cap #4

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Al día siguiente mi madre se había quedado en casa, eso no era usual en ella. Se quedó todo el día encerrada en su habitación llorando ¿por qué mamá sufría tanto? Yo no quería que ella estuviera triste, giré el pomo de la puerta y entré a su habitación, mamá seguía llorando, me acerqué y la abracé en silencio. Ella me miró furiosa, sujetó mi brazo y me arrastró hasta el sótano, me empujó hasta hacerme caer y me miró sonriendo.

—Mí linda niña... Tan sonriente, ¿seguirás tan feliz después de esto?

—¿De qué hablas mami? —la miré sin entender, pero... Yo sería feliz siempre que estuviera a su lado.

—Quedate aquí. —le obedeci, y minutos después llegó arrastrando a mi hermanita, imitó la misma acción que conmigo y la dejó tirada en el piso. —mi hermanita parecía que iba a llorar me acerque de inmediato a ella y con mucho cariño la sujete entre mis brazos, ella era... Lo más cercano a papá que tenía, además mi fiel compañera en los peores momentos, es mi deber protegerla de cualquier peligro.

—Ahora niñas... Me van a ver con mucha atención...

Mamá colocó un banco en medio del sótano y nos miró sonriente, jamás había visto la sonrisa de mamá. Sus dientes estaban chuecos y un tanto amarillos, pero para mí, era la sonrisa más hermosa posible.

Sujetó la soga a una viga y con el otro extremo hizo una especie de aro, que después colocó en su cuello como si fuera un collar. Aún no entendía lo que hacía mi mamá, de pronto me vino una idea a la cabeza. ¡Seguramente estaba haciendo un acto de magia! me puse feliz y sonreí con emoción, por otro lado mi hermanita menor se puso a llorar ¿qué acaso ella no quería ver a mamá hacer un acto de magia? ¡Sería divertido!

Mamá me miró por unos minutos y sonrió con más ganas. Ajustó la cuerda a su cuello, de su bolsillo izquierdo sacó una pequeña cámara, y del derecho, un cuchillo...

Sujeto el cuchillo y deslizó la punta en uno de sus antebrazos, desde mi punto de vista, el recorrido que siguió el cuchillo fue hipnotizante, del corte empezó a brotar un hilillo de sangre que poco a poco se volvió un charco del mismo en el piso, hizo lo mismo con su otro brazo. Su expresión no era de dolor o sufrimiento, era... De felicidad.

Una lágrima salió de mi ojo izquierdo y luego una de mi ojos derecho. Mamá sostuvo la pequeña cámara y con voz entrecortada nos dijo.

—S-son-rían... —por acto reflejo hice lo que me pidió, sonreí y mi hermana lloró con fuerza, escuché el suabe click que produjo la cámara, avisando que la foto había sido tomada.

Mamá soltó la cámara y con un movimiento de pies hecho el banco hacia atrás, su cuerpo solamente era sujetado por el collar de cuerda que se había hecho, mamá no estaba muerta, con sus ojos me miraba y seguía sonriendo.

—S-on-ri............... —mamá dejó de hablar, me acerque a ella y le jale los pies.

—¿Mamá?

Me quedé ahí viendo a mi madre colgada por unos minutos.

Analicé la habitación, estaba sucia y ahora tenía un charco de sangre proveniente del cuerpo de mi madre.

Me acerque al charco y coloque mi mano en el, tal vez si volvía a ponerle la sangre a mamá ella podría volver, subí corriendo las escaleras y de la cocina tome una taza y una esponja, baje con los objetos en las manos al sótano, con ellos, empecé a recolectar la sangre de mamá.

Con la taza llena intente meter la sangre a la abertura que tenía mamá en su antebrazo. Mi hermana lloraba desconsolada y me ponía más nerviosa ¿no ve que quiero reparar a mamá?

Mis intentos fueron en vano, mamá ya estaba en el cielo, ahora yo sería la niña grande de la casa, mire a mi hermanita y ofreciéndole mi mano, ahora bañada en sangre, la guié al piso de arriba, donde buscamos el baño y prendí la regadera.

—Ahora debemos bañaron y quitarnos la sangre de mamá.

Y eso hicimos nos tamamos una ducha y luego la arope en la cama como me hubiera gustado que lo hiciera mi madre, dándole un suabe besito en la frente la dejé descansar.
En realidad era tonto, estábamos a plena luz del día, pero creo que no sabía que más hacer por ella...

El timbre resonó en toda la casa y como no estaba mamá yo tenía que asegurarme de recibir a la persona que están esperando al otro lado.

Abrí la puerta y una hombre alto, un poco robusto, fue lo primero que vi.

—Hola señorita —me sonrió amable y yo me sentí algo incomoda —¿está tu mami? —me volvió a hablar en un dulce tono.

—Está abajo... —No pude evitar sentirme triste al momento de decirle donde estaba mamá. Sin poder aguantarlo más empecé a llorar, sintiendo por primera vez un fuerte dolor en el pecho, en esos momento recién me había dado cuenta que me había quedado sola, mi madre se había suicidado en frente mío, y la unica personita que seguiría a mi lado era mi hermanita...

El policía entró con cuidado a la casa, sintiendo un mal presentimiento por el llanto de la niña, le pidió a la infante que se calmara y esperara en el sillón mientras el buscaba a su madre. Bajó al sótano sujetando su arma, por si la mujer estaba decidida a atacarlo, pues no sería la primera vez que una mujer intenta matarlo...

Llegando al sótano dislumbro un cuerpo colgando en medio del reducido cuarto. La madre de estas niñas se había suicidado. Con mucho enojo llamó a una ambulancia y a un centro social para que recogieran a las niñas. Cuando veía el cuerpo de la mujer muerta solo podía sentir asco hacia ella, dejó a dos niñas huérfanas y como si fuera poco mató a su vecina en un arranque de ira, se sentía frustrado, ya que él había conseguido pruebas necesarias para hallar culpable a esa espeluznante mujer por asesinato.

Ahora sólo Dios podía darle el debido castigo por sus atroces pecados.

AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora