[YugJae] Four Candies

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YuGyeom conoce a un chico en la noche de brujas y cada año le da una golosina antes de que desaparezca.

~YuGyeom x YoungJae
》Advertencia: Ghost AU! Angst.

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La pequeña bolsa que sostenía en las manos estaba repleta de todo tipo de dulces. Chocolates, malvaviscos, paletas de sabores variados, gomitas y caramelos deliciosos. Había sido bueno que su madre lo dejara salir sólo ese año porque recorrió un par de casas más hasta llenar la bolsa, en el pasado regresaba a casa cuando su progenitora consideraba que tenía los dulces suficientes pero éstos se acababan en menos de dos días, ahora con tanto abasto YuGyeom disfrutaría una semana entera de todas esas golosinas.

Pudo ver que todos corrían en dirección opuesta como si huyeran de algo, echó un vistazo al final de la calle pero no vio nada. Quizá sólo tenían urgencia de llegar a sus hogares, en su reloj del pato Donald las manecillas apuntaban hacia las 9:30 y el toque de queda para la mayoría de los de su edad era a las 9:00, estaba retrasado media hora, seguro que iba a ser regañado por desobedecer pero valía la pena al tener la bolsa llena de dulces.

YuGyeom corrió para llegar rápido a donde una deliciosa cena lo esperaba pero al dar la vuelta en una esquina su cuerpo se estrelló contra un par de chicos más grandes que él. No tuvo tiempo de disculparse, fue empujado por uno de ellos.

—¡Hey! ¿Qué no te das cuenta? Pudiste herirnos.— el menor pensó en lo ridículo que sonaba eso. Ellos eran más grandes y él sólo un niño debilucho, y quizá no miró al frente pero ellos también tenían la culpa por quedarse en medio del camino.—Vamos a tomar tus dulces como pago por tu torpeza.

—¡No! ¿Qué hacen?— YuGyeom fue empujado con más fuerza hasta hacerlo caer al asfalto, la bolsa que traía en las manos le fue arrebatada y los niños más grandes comenzaron a tomar cada una de las golosinas que se había ganado. Él quiso hacer algo al respecto pero con las patadas que recibía lo único que podía hacer era protegerse con las manos.—¡Dejen de hacer eso, le voy a decir a mi mamá!

—Tú no vas a decir nada.— el que aparentaba ser el mayor del grupo tomó una vara larga y la levantó amenazando con golpearle.

Jamás había sentido tanto miedo, su primera reacción fue llevarse las manos a la cara y cerrar fuerte los ojos, esperando el golpe en la cabeza, sin embargo, escuchó cómo los bravucones gritaron al mismo tiempo y los vio correr despavoridos a través de sus dedos temblorosos.

—¿Estás bien?— la voz a sus espaldas le hizo voltear y encontró a un chico detrás de él. En su pálido rostro podía apreciar pequeñas marcas violáceas y un rastro de sangre en la frente, sus ojos eran de un color extraño y su cabello negro caía a los lados de la cara en forma de flequillo. Su traje de Súper Man estaba un poco sucio y en la capa unas cuántas hojas secas se le habían pegado.— Vamos, tienes que ir a tu casa.

YuGyeom se puso de pie con la ayuda del chico y su bolsita fue llenada nuevamente con las golosinas que por suerte los niños malos no se llevaron. El pelinegro se inclinó un poco y le tomó las mejillas, limpiando con sus dedos las manchas de polvo que obtuvo al caer. Su tacto frío era de esperarse ya que la temperatura en ésas épocas descendía.

—Gracias.— murmuró bajito. El niño se sentía avergonzado de que su salvador lo hubiera encontrado de esa manera, siendo atacado por unos tontos.

Todo el mundo decía que no se quedara sin hacer nada si alguna vez lo agredían, pero con sus brazos pequeños y cuerpo delgado no podía hacer gran cosa.
Recibió una sonrisa amistosa por parte del pelinegro y los cabellos rubios de YuGyeom fueron despeinados. — No fue nada. ¿Puedes llegar sano a tu casa?

Blood On The Dance Floor [GOT7]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora