Capítulo 1; Los Padres.

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Ok, así que sí escucho voces en mi cabeza, pero son todas mías. Y antes de que ir marcando a Psiquiatras-Somos-Nosotros, hay que considerar el echo de que voy a necesitar la ayuda que pueda conseguir sólo para tener buenas posibilidades, cruzo-los-dedos para superar el día.

Se suponía que mi último año no iba a empezar así. No después del mejor verano de mi vida, saliendo con mis amigas y soñando con ser totalmente libre el próximo año cuando todas iríamos a la universidad pero nos mantendríamos en contacto unas con otras y seguiríamos siendo nosotras por siempre y para siempre: Las chicas. 

Admito que tenía mis dudas sobre la grandeza del verano cuando Alicia, mi mejor amiga de todos los tiempos, se fue antes a la universidad. Pero Cassie, Jessica y yo visitamos a nueve campus universidades, incluyendo filas de fraternidades y dormitorios mixtos, a pesar de que Cassie y yo ya nos habíamos decidido por la Universidad Estatl de Illionois. Agotamos todas las posibles bromas relacionadas con el echo de que nuestra universidad es encuentra Normalmente, en Illionois, lo que significa que saldríamos con chicos Normales y tendríamos una vida nocturna Normal, y tendríamos aventuras amorosas Normales. 

El resto de los largos días del verano Cassie y yo nos reunimos con Jessica y Samantha para tomar el sol en la piscina de Jessica porque, cáncer o no cáncer, la gordura bronceada se ve mejor que la gordura blanca. De vez en cuando, Nicole, Star y Compañía nos encontramos en el centro comercial. Quedamos con algunos de los chicos y veíamos una cutre película de verano media docena de veces sólo para burlarnos de ella o condujimos hasta Six Flags Great America y coqueteamos descaradamente con Bugs y Daffy, tratando de conseguir que se pelearan por nosotras. 

Entonces, ¿cómo he pasado de este típico verano americano a este enredo-digno-de-una-telenovela?


—¡Mary Jane! —Grita mi mamá por las escaleras como sólo gritaría una persona normal en caso de que un incendio amenazara su vida—. Tu padre y yo necesitamos hablar contigo.

Mamá sólo llama «padre» a mi papá cuando quiere evocar imágenes del jefe-de-familia de los años 50's, los hombres de será-mejor-que-realmente-me-tengas-miedo. Aunque también llama a mi padre «Tom», «Thomas», «tu papá» y «papi», según la necesidad del momento, sólo tiene un nombre para mí, su hija menor. Mary Jane. Al igual que los zapatos, los que no usaría aunque fueran la última cosa para cubrir mis pies en una isla desierta.

Dije que las voces en mi cabeza son mías. Pero culpo a mi madre por alentar a Plain Jane a instalarse en mi cabeza. Al igual que los zapatos que prestaron mi nombre, Plain Jane no es tan simple como intemporal, clásica, amada por las madres de todos lados, una buena inversión, una buena apuesta, una buena compra... y no tan divertida.

Hago un gran esfuerzo por no escucharla. 

—¡Ahora, Mary Jane! —grita mi madre.

—¡Ya voy, mamá! —grito tratando de alcanzar mi lápiz labial rojo. Pero entonces oigo a Plain Jane en mi cabeza, recordándome que mi madre odia el lápiz labial rojo y dice que me hace ver como una de esas personas de la calle, y no se refiere a los mimos. 

A pesar de mí misma, dejo el tubo de Red Flame y me pongo un sano brillo de labios. Tengo lindos labios, si puedo decirlo. Muy besables, dice M.J.—otra voz en mi cabeza llena de gente, una voz que sólo puede ser descrita como sexy. Plain Jane, por otra parte, odia mis labios. Dice que no van con mis ojos, que son pequeños, cafés y comunes, el color de ojos de tres cuartas partes de los habitantes de la tierra. Plain Jane nunca pierde una oportunidad de señalar mi simplicidad, y añade que debería estar simplemente agradecida por la buena visión proporcionada por mis simples ojos. M.J argumenta que estos ojos son intensos, sexys incluso.

Crazy in Love - Dandi Daley MackallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora