𝐋𝐚𝐬 𝐂𝐫𝐨𝐧𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐫𝐧𝐢𝐚²:𝐄𝐥 𝐏𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐩𝐢𝐚𝐧

𝟎𝟎𝟐| 𝐃𝐞 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐭𝐚 𝐚 𝐍𝐚𝐫𝐧𝐢𝐚

La sorpresa que estaba en sus rostros mostraba os sentimientos que todos ellos tenían en esos momentos. Los ocho hermanos estaban sorprendidos de ver el despejado cielo azul, junto a las hermosas aguas cristalinas y la blanca arena. El calor que comenzaba a sofocarlos por los uniformes, hace que el suave sudor que comenzaba a bajar por sus rostros. 

Lucy, quien había soltado la mano de Barty, miro hacía donde estaba su hermana y sus amigas, y dándoles una sonrisa, y recibiendo unas por partes de ellas, comenzaron a correr, una detrás de la otra, siendo imitados por sus hermanos y amigos, quienes no tardaron en quitarse los calurosos suéteres, zapatos y corbatas, con el fin de mantenerse ligeros a la hora de empezar a jugar entre ellos mismos. 

Peter, quien había tomado en sus Violet, pronto la cargo hasta la frías aguas, gesto imitado por el propio Edmund, quien gano una sonrisa por parte de la pelirroja, mientras que Leonard evitaba que su hermano pequeño lo mojara con las frescas aguas. 

 —¿Qué paso?— interrogó de pronto Leonard al ver la mirada de Edmund hacía el cielo mismo 

—¿Dónde crees que estemos?— interrogó de pronto Thia, al observar a donde miraba el rey al que protegía

—¿En dónde crees?— sonrió Violet, sus cabellos castaños estaban sueltos, enmarcando su pálido rostro 

—Pero nunca vimos ruinas en Narnia— señalo Edmund hacía donde su vista se mantenía 

Todos miraron a su alrededor, y exactamente como decía Edmund y apoyaba Thia, había ruinas, pero jamás las habían visto, no las recordaban. Con los pies descalzos, comenzaron a caminar hacía aquella ruina, lo hacían con mucho cuidado, pues Lucy se había tropezado y Barty había sido más rápido para atraparla, sujetándose de la mano Peter y Violet lideraban el paso, mientras que Susan y Leonard iban hombro a hombro, y Edmund junto a Florenthia iban a su propio ritmo, pero sin soltarse las manos. 

Pronto, estaban sobre las ruinas, ruinas que se le hacían familiares a Lucy y a Barty, y no sabían exactamente porqué, Lucy se acercó hacía Barty a lo que parecía ser un balcón y sintió que un recuerdo llegaba a ellos. 

—¿Dónde creen que estemos?— interrogó la propia Lucy, mientras el suave viento bailaba sobre las faldas grises de su overol escolar 

—No se, pero siento como si ya hubiera estado aquí— dijo Barty, mientras miraba a su alrededor y pronto le ofrece a Lucy una de las manzanas que había encontrado en uno de los árboles que había cerca

Curiosos, siguieron caminando, examinando el lugar y pronto, Susan se topo con una pieza de oro. Agachándose a recogerla, pronto un recuerdo apareció en su mente.

—¿Quiénes habrán vivo aquí?— interrogó Thia de pronto mirando a su alrededor 

—Creo que nosotros— señalo Susan, mientras mostraba la pieza de ajedrez 

La fina pieza brilla y llama la atención de Edmund. 

—¡Ey!— exclamó, mientras se acercaba hacía donde estaba Susan.— Eso es mío, de mi juego de ajedrez

—¿Qué juego de ajedrez?— interrogó de pronto Leonard

—No tengo un juego de oro solido en Finchley o si— les miro a todos ellos 

—¡Oh por la melena de Aslan!— exclamó la pelirroja mientras sus ojos se abren de manera cómica 

—¿Qué pasa?— le miro Edmund con curiosidad 

—Ven— pidió mientras le tomaba la mano 

Fueron guiados de pronto hacía una parte alta, haciendo que se acomodaran de tal manera que del comienzo del lado izquierdo estaban Lucy, Susan, Peter y Edmund, y detrás de ellos, estaban Barty, Leonard, Violet y Florenthia.