𝟎𝟏𝟑| 𝐓𝐫𝐞𝐧 𝐚 𝐜𝐚𝐬𝐚

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Seis meses pasaron más rápido de lo que se habían imaginado.

Ciento ochenta y dos días habían pasado, y en todo ese tiempo, la relación de Edmund con Florenthia iba a favor.

Como cualquier persona, tuvieron sus altas y bajas, había cosas que a Edmund le incomodaban, y a Thia también, pero ambos como los «adultos» que eran habían estado trabajando en ello.

Habían estado apoyando a Caspian en todo lo que podían, y aunque el rey telmarino cometía ciertos errores, también estaba muy atento en las cosas que las personas le decían, es más, a veces le preguntaba a Peter algunas cosas, pero se podía decir que Edmund y Thia estaban orgullosos del desempeño de Caspian cuando de trataba de re-elaborar las leyes ya escritas. 

En esos momentos, se encontraban paseando por el pueblo, mismo que les daba suaves sonrisas o temerosas miradas, sobre todo a los guardianes, quienes estaban acompañando solo unos pasos más atrás a sus reyes. 

—El lugar luce mucho mejor— comentó con calma Lucy, mientras caminaba por los pequeños pedazos de piedra que hacían de camino para todos.— No se si es idea mía o se siente un poco más de paz 

—Sin la tiranía de Miraz, todos tienen más libertad de salir sin ser detenido— comentó calma Caspian, mientras miraba con alegría como los niños jugaban entre ellos 

—Nos alegra escuchar eso, sinceramente hablando— comentó con alegría Barty, mientras le daba una sonrisa a uno de los niños que se le había quedado viendo.— Aunque parece que nos tienen miedo  

—¿Será por la mala cara de Leonard?— interrogó de pronto Violet con calma, señalando hacía donde estaba el de cabellos negros 

—Los odio de verdad— susurró de pronto el mencionado, mientras les daba una mala mirada a los demás.— Por eso hare que orejas se come sus porciones 

—Lo que orejas necesita es dejar de perseguir a Reepicheep para que juegue con él— comentó con burla Peter —Un día de estos, ese ratón nos lo va a pedir como caballo 

—No me imagino a Reep pidiendo a orejas como un caballo— se burló de pronto Edmund

—Lo haría— susurró Thia 

Caspian sonríe levemente al escuchar aquello. Se había imaginado varias veces a Reepicheep tratando de usar a orejas como caballo, pero decide pensar en algo más, cuando su vista va directamente hacía Susan y Leonard, quienes llevan ropas casi a juego, pero a veces no comprende las cosas, ¿Eran algo ellos dos? Sus comportamientos eran muy similares a los que tenían Edmund y Florenthia, o a los de Peter y Violet, pero también había cierto distanciamiento, no estaba muy seguro y eso le asustaba. 

Su profesor le había hecho ver las veces en que él perdía la mirada hacía el joven guardián, así mismo, también se notaba cuando ellos miraban sobre sus hombros, como si buscara algo más pero no lo encontraba a ciencia cierta. No sabía que pensar de las cosas que estaban pasando, y por un momento deseaba la vista de ellos dos, pero sabía que era inmoral, con el simple hecho de mirar hacía donde estaba Susan, ya estaba cometiendo prácticamente un pecado al poner sus ojos sobre la monarca de la era dorada, pero había algo peor, algo que prefería silenciar y eso era observar hacía donde Leonard Hourani estaba. 

Mientras el joven rey parecía perderse en su confundida mente, Edmund y Thia avanzaban hacía una de las casas más apartadas que hay, perdiéndose de la vista de sus hermanos y amigo, cuando vieron de pronto a una joven mujer sale, pero no es su ropa sucia lo que llama su atención, sino el enorme vientre que cargaba y la cesta que sostenía en una de sus manos, mientras que la otra trataba de darle fuerza a su vientre. 

𝐋𝐚𝐬 𝐂𝐫𝐨𝐧𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐫𝐧𝐢𝐚²:𝐄𝐥 𝐏𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐩𝐢𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora