Masoquismo

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Joven y apuesto de cabello oscuro, ojos con un tono de café claro, con chamarra de piel negra, playera blanca, pantalón de mezclilla azul fuerte y unos zapatos casuales oscuros.

Llegó al apartamento en el que vivía ya pasadas las 9 p.m., estaba casi a oscuras excepto por la luz de nuestra habitación que estaba encendida, dando poca iluminación,  entré en ella pues supe que ahí estaría mi pareja, pero nunca esperé que estaría como lo vi, estaba amarrado de las piernas y los brazos sobre la cama boca abajo, desnudo. Sobre la mesa de noche estaban varias cosas, había un consolador, un látigo pequeño y unos guantes de cuero, 2 reglas, una de metal y otra de madera, las dos eran de 30 cm.

-ven....y azotame con lo que quieras....- me dijo con un tono suave y pícaro pero sobre todo sexy, al principio no sabia muy bien que pasaba hasta que me fijé en ese cuerpo suyo tan hermoso, haciendo que mi pantalón se volviera más apretado, me quité la chamarra y la colgé en el perchero de la habitación al igual que mi camisa, los pantalones los dejé en el piso y solo mostrando mi bóxer me acerqué a él, yo ya sabía lo que quería pues me había contado el como su dolor lo excitaba.

-¿con cual quieres que empieze?- le pregunte mientras me sentaba a un lado de la cama y acariciaba su trasero.
-sorprendeme...- me dijo solo para después cerrar los ojos y voltear la mirada, de seguro para no ver cual escogía, tome los guantes de cuero, me los puse y el único lugar al que se me ocurrió atacar fue su enorme e hipnótico trasero, primero tomé con ambas manos sus nalgas y las moví, después empeze a nalgearlo de forma no tan suave pero tampoco fuerte como para que se marcara mucho, me quite los guantes y tome el consolador, este era de los eléctricos que vibran, lo metí con fuerza dentro de él y lo encendí -¡ah!... ¡ah!...- sus gemidos empezaron a sonar más fuertes, tome las dos reglas y le pegue con estas en todas las partes que se me ocurrían.

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Tras los suaves asotes que me hizo y no sentir nada, él introdujo el consolador en mi trasero, lo hizo de una forma rápida y violenta, provocando que me excitara y después lo encendió- ¡ah!... ¡ah!...¡ah!...- no pude contener mis gemidos y mucho menos cuando sentí el frío metal de la regla golpear mi espalda -¡¡aagh!!...¡ah!...¡a-ah!..- sentí la regla de madera golpear mis piernas, este era el dolor que quería sentir -¡ah!...¡ah!...¡ah!...- pararon los golpes, me tomo de la cabeza y metió su pene erecto dentro de mi boca, tan grande y duro, casi hace que me ahogue en varias ocasiones, siguió golpeando mi cuerpo con las reglas mientras yo le chupaba el pene, me hubiera gustado gemir más pero su pene dentro de mi boca me lo impedía.

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Su boca tan cálida y húmeda me excitaba tanto, al  sentir su lengua rodeando mi pene era de las mejores sensaciones, sabía que no podía parar de azotarlo con las reglas o lo dejaría de excitar, así que continúe con  el azote  -¡aaagh! ¡ah! ¡ah!- eran mis gemidos los que salían, estaba cerca de venirme, pero aún no quería acabar, sace mi pene de su boca, dejé las reglas en su lugar y tome el pequeño látigo que estaba en la mesita - supongo que quieres que lo use...., ¿verdad?- le pregunte mientras lo agitaba - ¡¡s-siii!!, ¡por favor!...., ¡¡úsalo...!!- apenas pudo decir eso entre sus gemidos de placer.

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Mientras que tenía su pene en mi boca y el consolador en mi culo, más la excitación de sus azotes me vine, hubiera gemido fuerte de no ser por su pene que tapaba mi boca. Dejo de azotarme y saco su pene de mi boca de forma tan inesperada que no supe como reaccionar, escuche su pregunta y solo le pude pedir que me azotara con ese látigo. Los primeros golpes empezaron de arriba, cerca de mis hombros y cada golpe bajaba más y más, el dolor del consolador y el de el látigo en el mismo lugar fueron tan excitantes, era sentir bofetadas en mis nalgas y una penetración constante.

Me quito el consolador, se subió e introdujo se pene dentro de mi culo de forma rápida y salvaje, esto más sus azotes constantes en mi espalda hicieron que me corriera otra vez -mmmm....¡si! ¡¡ah...ah...ah...!!- no paso mucho tiempo para después poder sentir su frío y espeso semen dentro de mi, lo trató de sacar a tiempo para terminar afuera pero no lo logro, gran parte de su semen estaba dentro de mi, y otra poca parte sobre mi espalda y mis nalgas, mientras mi semen estaba manchando la sabana de la cama y mi abdomen, me dio un beso en la mejilla, me liberó de mis ataduras, y cuando lo tuve de frente lo abraze -gracias...-

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Nunca espere ese gracias, la verdad es que hasta cierto punto no me gusta lastimarlo tanto pero si eso lo hace feliz, entonces no tengo por que quejarme, cada quien su gustos, además de que me lo puedo cojer así que estamos bien los dos, lo abraze con más fuerza y nos quedamos dormidos sobre la cama llena de su semen y desnudos.

one-shots:yaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora