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Anoche las pastillas no habían sido necesarias para conciliar el sueño. El sol apenas asomándose debido a las enormes nubes deja caer su luz sobre la ventana de su habitación pero no logra incomodar al rubio; pues las cortinas cerradas eran el impedimento. Despierta pero no por cuenta propia. Su celular suena y al dejarse escuchar el tremendo tono de llamada en alto volumen cae de la cama pues estaba muy a la orilla. Un golpe en la cara le quita le despabila y suelta un quejido por el dolor. La pantalla del celular, con poca batería al no conectarlo en la noche, dejaba ver el nombre de su amiga. Quinn Argon. Teme en contestar. Estaba más que claro que le había dado la espalda aún cuando ella se había esforzado tanto para mantenerlo fuera de lo que era su realidad. Rechaza la llamada y suspira. Volviendo a mirar la pantalla se percata de los millones de mensajes que tenía. Todos de Quinn. Preocupada, pensando lo peor, angustiada por las heridas que aún cargaba.

— No, no debería... .—Murmura para si mismo piensas lo piensa otro par de veces.

Devolver la llamada, lo veía correcto pero el miedo no le dejaba hacerlo. Paranoias envuelven su mente y queda helado de pensar que ella probablemente quiera acabar con su amistad. Pensaba y pensaba. Hundido entre tantos pensamientos negativos no escucha los pasos a lo lejos. La puerta se abre golpeando con la pared de manera estruendosa y pega un brinco. Sheryl estaba de pié, dedicándole a Gary una mirada asesina. 'Vaya manera de dar los buenos días' se pensaba el lado sarcástico de su mente que no dejaba salir por el temor que igual le tenía a su madre.

— Hola, mamá- .—Trata de saludar pero al instante se ve interrumpido.

— Eres un inútil para este trabajo, Gary.

Él no responde al sentirse humillado.

— Los gastos aumentan, ¿sabes lo difícil que es para mí tener que mantenernos a ambos? .—Continúa y Gary sigue sin decir nada— Claro, más fácil para mí si no estuvieras pero no tengo opción.

Ante tales palabras hace que el pobre rubio desvíe la mirada al suelo, apretando con fuerza el celular que aún tenía en manos con tal de no llorar frente a ella. Mientras tanto Sheryl saca una cajetilla de cigarros, toma uno y lo enciende. El humo sale de su boca e impregna la habitación con el olor a tabaco que Gary tanto odiaba. Tose tan pronto una gran cantidad de humo entra a sus pulmones.

— Después de que jodiste tu noche de trabajo decidí ayudar.

— ¿C-Cómo? .—Finalmente de su boca salen palabras.

Saca del bolsillo de sus pantalones un papel doblado pero bastante arrugado por estar en el bolsillo y se lo entrega a su hijo. Desdoblándola ve escrita una dirección junto con el nombre de un bar. Lo conocía a simple vista pero nunca había entrado. Con confusión mira a la madre y esta se dispone a explicar.

— Imbécil .—Lo insulta en un murmullo— Irás esta noche. Tienes que dejar de ir a los de siempre. Cambia de area, haz bien tu búsqueda.

— Ya veo... .

— Si hay suerte y no vuelves a cagar las cosas entonces conseguirás dinero hoy. ¿Crees poder hacerlo?.

— S-Si, yo pienso .—Nervioso titubea.

— No me sirve eso, más te vale que consigas dinero o de esta noche no pasas .—Lanzando la colilla de cigarro hacia él se da la vuelta y deja la habitación.

Su cuerpo temblaba por la incomodidad y el temor que lo había acorralado durante la platica. Respira hondo y deja salir el aire con pesadez para recobrar la compostura. 'Puede que las cosas no salgan mal' se dice por dentro conteniendo las lagrimas que comenzaban a desbordarse de sus ojos. Nuevamente el celular suena pero ya no era Quinn si no alguien más. Duda en contestar al principio pero después se da por vencido. Estaba acorralado y tenía que enfrentar las cosas.

I'll Give You What You Like ✿ GaryCatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora