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— Sabía que para algo servías aún .—La mujer adulta de cabellos grises tomó el dinero casi arrebatándolo de las manos de su hijo; quien temblando la miraba esperando un cumplido, su aprobación, lo que sea.

— ¿Estás bien con ese dinero? .—Murmuró con algo de temor.

— Me sorprende la cantidad, si. Pero estamos hablando de ti .—Hace una pausa para reírse— Probablemente te dio menos y terminaste robándole al pobre hombre. Eso si puedo creerte.

No hubo respuesta, solamente silencio incomodo entre ambos que aún estaban de pié en la sala.

— Sigue con tu trabajo y veremos qué pasará en el futuro, ¿entendido? .—Ante eso Gary solamente asiente— Entonces vete.

— Si, mamá .—Y sin nada más que decir va a su habitación. No era tarde, era muy de madrugada y no había forma de que pudiese dormir. Eso si, podía soñar despierto, abrazando fuertemente su almohada mientras pensaba en él.

Quería volver a mirarlo. Quería que su pesada y ronca voz le hiciera sentir especial y único tal y como anoche. No tuvieron que pasar un tiempo intimo para experimentar sensaciones y emociones más allá de su comprensión. Sus cuerpos habían descubierto nuevas reacciones, habían descubierto deseos que creían imposibles de tener. Pero más allá de todo... se tenían un afecto que era tan difícil de expresar con palabras. Siente su cuerpo temblar. Contiene las ganas de tomar el celular y hablarle pues su temor a que fuese a ser rechazado lo mataba. Lo que menos quería era que al final todo hubiese acabado como otro trabajo de una sola noche pero más mediocre.

— No puedes hacerlo, Gary .—Se dice aferrándose a la almohada— Déjalo ir.

Tener el numero del ventrexiano lo dejaba contra la espada y la pared, pensando que fue un error haber aceptado a algo más personal con él cuando sabía a la perfección que no iba a funcionar por el estilo de vida que cargaba. Su madre le demandaba mantener un perfil bajo, no mantener mucho contacto durante el día y mucho menos estar en una relación. Por un momento su mente jugó con él, revolviendo sus temores con sus deseos volviendo sus metas aún más confusas. ¿Quería ayudar a su madre?, ¿Escapar del infierno en el que está e ir con Avocato?. Al final no le quedó de otra mas que rendirse y lamentar el pasado.

— ¿Porqué tuviste que irte...? .—Comenzó a sollozar.

Del mueble junto a su cama sacó una vieja foto del cajón. Rasgada y algo manchada pero la imagen seguía clara y con colores tan vibrantes que era fácil para él revivir aquellos recuerdos en su mente.

— Te extraño, papá .—Ya no quería llorar. Se esforzó por reprimir las lagrimas pero al mismo tiempo no quería ser igual de insensible que su madre. Cuando estaba tan acorralado le era sencillo culparse a si mismo mientras lamentaba no poder haber hecho algo para evitar que su familia terminara así de destrozada.

〔    。。。〕

En una casa cerca del centro de la ciudad se encontraba aquella chica morena de cabellos rizados bastante preocupada. Quinn no dejaba de caminar por toda la casa mientras que Tribore la observaba sentado y bastante aburrido. Nunca fue muy amigo de Gary, por lo que el tema de conversación no lo mantenía atento. Saca su celular y manda un par de mensajes hasta que finalmente Quinn le reprende como si fuera un delito lo que estaba haciendo.

— ¿No entiendes que esto es importante?.

— Debes de comenzar a relajarte, probablemente está bien .—Dice sin apartar ninguno de sus ojos de la pantalla de su celular.

— No se porqué no me sorprendo .—Estaba a nada de jalar su cabello de la desesperación— Debí haber llamado a KVN, probablemente él sepa algo.

I'll Give You What You Like ✿ GaryCatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora