Parte 1

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Parte 1

Domingo en la madrugada. Sin razón alguna estaba lloviendo, las calles estaban solitarias, oscuras.
Entre la lluvia se podía notar una silueta de una chica que se tambaleaba: Marinette Dupaing Cheng.
A lado de ella venía Tikki, intentándola hacer que entrara en razón.

—Por favor Marinette, conviértete en Ladybug y regresemos a casa, ¿Qué pasaría si tus padres se dan cuenta de que no estás en casa?

Marinette tenía la mirada baja, no le contestó nada a Tikki y continuó caminando, su ropa ahora pesaba ya que estaba mojada, de repente, detuvo su pasó y se dejó caer al piso, la lluvia ya había surtido efecto.

La Kwami se acercó rápidamente a la azabache.

— ¡Marinette! Oh no... ¿Qué hago?

Tikki volteó hacia todos los lados, no había quien la pudiera ayudar sólo quedaba una opción que era la más arriesgada: Adrien Agreste.

Sin estar convencida, la Kwami se dirigió a la mansión Agreste con una velocidad apenas visible, sin avisar antes, entró por la ventana, estampándose en la pared.
Aquel pequeño sonido fue suficiente para despertar a Adrien, quien algo adormilado, se talló los ojos.

— ¿Qué...?

— ¡Adrien! — Gritó con desesperación.

La voz aguda de la Kwami terminó de despertar al chico, quien volteó a verla. En su expresión se veía preocupación y desesperación.

— ¿Qué ocurre Tikki? — preguntó con una voz átona

— Yo... Yo estaba dando una vuelta por la ciudad, y cerca de aquí, hay una chica que se desmayó, perdón si recurro a ti, pero... Eh... Mi portadora está muy lejos, y podría ser tarde para cuando llegue con ella — No había tiempo para crear una historia, realmente dijo lo primero que pasó por su mente.

Adrien se sorprendió, pero no podía darse el lujo de perder tiempo, así que despertó a Plagg.

— ¡Uaaah...! — bostezó mientras estiraba sus diminutos brazos — ¿Qué ocu...?

— ¡Plagg! ¡Las garras!

— ¡¿Eh..?!

Adrien se trasformó en Chat Noir y salió rápidamente de su habitación junto con Tikki.
La lluvia se empezaba a calmar. Ain embargo, aún la chica se encontraba desmayada, cuando llegaron, Chat Noir gritó.

— ¡Marinette!

Sintiendo una repentina desesperación, cargó a la chica y la llevo hasta su casa, tuvo que entrar por el balcón ya que no quería alarmar a los padres de Marinette. La recostó en la cama y la observó por un momento.

— ¿Qué hacías afuera princesa...? — susurró al oído de esta aun sabiendo que su pregunta no sería respondida.

Antes de que pasara más tiempo, sucedió lo inevitable, Sabine había entrado a la habitación de Marinette, subió las escaleras y vio a Chat.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó con desconcierto al momento de dirigir la mirada hacia Marinette — ¡¿Marinette?!

—Se-Señora... Ca-cálmese por favor... No iba a hacer nada, simplemente... — antes de continuar, se aclaró la garganta — Encontré a Marinette en la calle y decidí traerla... Disculpé... Pero será mejor que usted valore el estado de su hija.

Con sosiego, Chat se hizo a un lado, dejando que Sabine observara mejor a su hija.

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Sentimientos ConfusosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora