Parte 6

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~Las risas penetraban sus oídos, aunque ella los cubriera.

—De-Déjame...

Sin un destino seguro, comenzó a caminar. Algo le quitaba la fuerza, sin embargo, eso no le importaba.

Cada paso que daba se volvía más pesado. Repentinamente, el piso sucumbió haciendo que esta cayera. Ahora se encontraba llena de sangre. Las risas se volvieron más irritantes, fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba rodeada.

—Chicos... — Ella observó con desesperación a los que parecían sus amigos — Ayúdenme... — Su cara se deformó al ver que ellos comenzaban a burlarse, las lágrimas recorrieron rápidamente sus mejillas.

—Ajajajaja... ¿Enserio Marinette? Quien diría que eras Ladybug, ni en mis pensamientos más ridículos se me ocurrió eso— La chica de tez morena cruzó sus brazos y desvío la mirada.

—A-Alya...

—¡Ridículo, totalmente ridículo! ¿Dupaing Cheng? Oh por favor, ajajajaja— La chica detrás de ella escupió su chicle en dirección a la azabache.

—N-No...

Ella comenzó a gatear para irse, sin embargo, rápidamente en su campo de vista se vieron unos tenis, alzando la mirada, observó la expresión de aquel chico de cabellera rubia, la cual estaba... Vacía.

—Qué decepción... Que lamentable sorpresa...

Aferrándose a su brazo, una chica de cabello Azabache y ojos cafés comenzó a reírse con cinismo.

—¡Que estúpida! Después de todo, yo gané, digo, era lógico, ¿O acaso creías que serias suficiente? Me das pena...—Apegándose a aquel chico rubio como si fuera de su propiedad, ella comenzó a caminar — Vámonos, ya no quiero ver tan penosa situación.

—Tienes razón...

Sin mostrar compasión alguna, ambos se fueron. La chica tumbada en el piso comenzó a gatear mientras se ahogaba en sus lágrimas, extendió su brazo derecho intentando detenerlos.

—¡De-Deténganse! ¡Adrien...! Espera...

—Te dije que terminarías sola, ¿No?

Ahora una chica con cabellera castaña estaba a su lado, su repentina aparición espantó a la azabache provocando que sus latidos aumentarán desmedidamente.

—¡Aaaahhh!

—Ju.... Jajajajajaja, que patética te ves, ¡Miren chicos! — La chica comenzó a reír a carcajadas mientras señalaba a la Azabache.

Los demás chicos la comenzaron a rodear nuevamente riéndose y murmullando cosas sobre ella.

Todos tienen un límite, y el de ella había sido superado.

Sintiendo un dolor en su pecho, empezaba a perder su respiración, su mente estaba colapsada, sin poder hacer mucho, ella simplemente cubrió su cara mientras entregaba su cuerpo.

Por unos momentos, todo fue oscuro, la escena frente a ella no fue clara... No fue clara hasta que sintió aquella sensación recorrer sus brazos y piernas. Frente a ella, un hombre enmascarado mostraba su desagradable sonrisa. Comenzó a sacudir su mano derecha presumiendo la caña que tenía en esta.

Sin saber porque lo hacía, ella pudo mover su brazo, sin embargo, sentía que este estaba atado a algo.

—¿Quién te dio permiso de moverte? — Aquel hombre frunció su ceño y movió la caña en su mano, respondiendo a esto, el brazo de la chica regresó a su lugar.

Como si su brazo fuera desgarrado, ella soltó un quejido. Poco después, escupió sangre y se percató de algo: Una destellante luz morada cubría su rostro.

Sentimientos ConfusosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora