Narra Nick
—¿Segura que él no tiene que ver con lo que paso hoy?.-Preguntó acercandome a ella
—No, tonto.- Dice riendo.-¿Quieres helado?.-Me pregunta alejandome con un suave empujón, quiere cambiar de tema, lo se.
—Si, claro, pero no me cambies de tema.
—No cambio de tema.- Se da vuelta para servir el helado.- ¿Que gusto quieres? Hay de frutilla, dulce de leche granizado y sambayon.
Me acerco lentamente a ella pero no se de cuenta ya que esta de espaldas a mi.
—Nick, ¿cual vas a que-Dejó su pregunta en el aire en el momento que sintió que la abracé por detrás.
—Quiero el sabor Sofía Martinez.- Susurro en su oído, causando que se tense.
Comienzo a acercarla lentamente a mi y noto cómo se tensa aún más, empiezo a besar lentamente su cuello pero me separa bruscamente al sentir el ruido de la puerta principal abrirse.
—Hola, ¿Cómo estas pequeña?.-Pregunta Martha entrando en la cocina y abrazando a Sofia, yo estaba a un costado de ellas mirando para el lado contrario en el que estan ellas, hasta que dirigí la mirada hacía mis pies y recién ahí me percate de la gran erección que tenía en ese momento, busco algo para cubrirla y no encuentro nada, por lo que me doy media vuelta y comienzo a caminar hacía las escaleras.- ¡Que modales! ¡Niño mal educado!.-Grita Martha en forma de broma y yo río en respuesta.
Narra Sofía
—¿Te hizo algo?.- Pregunta refiriéndose a Nickolas
—No, nana tranquila, ¿Qué haces aquí? Son tus vacaciones.-Pregunto cambiando el tema.
—Me entere que tu papá se fue a España y quería ver si no se había formado la tercera guerra mundial en esta casa.- Dice mientras saca unas cosas de su enorme bolso, puedo ver que son tapers con comida y los destapo para empezar a comer de estos.- Hey, deja eso que es para la noche y para algunos días más
—Esta bien.- bufo.- y con respecto a Nick tranquila, porque propusimos una tregua.- Me mira sorpendida.
—¿Nickolas Smith y Sofía Martinez en una tregua? ¿Se esta por acabar el mundo? ¿Que le hicieron a mi pequeña?.- Dramatiza Martha, haciéndome reír.
—Ya fue mucho por hoy viejita, ya ve a tu casa que debes aprovechar tus vacaciones.-La abrazo y beso su mejilla.
—Esta bien pequeña, pero me preocupa que esten aquí solos.- Sonrió y la acompaño hasta la puerta.
—Traquila nana, yo puedo manejar esto, ve a descansar.- La abrazo y luego veo como se va lentamente, cuando ya no logro visualizarla cierro la puerta y cuando me volteo me encuentro con mi perdición.
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Nickolas
Ficção Adolescente¿Quien diría qué un simple amorio se volvería la peor pesadilla de una chica?...