"Una agradable sensación en medio del dolor"

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Se detuvo el tiempo, en ese momento, Mamoru dejó de sentir aquel horrible dolor tras la pelea, comenzó a sentir como su rostro tomaba un leve color rojizo...
¿Que demonios es eso? ...Yo... me... ¿ruborizo? pensaba desconsertado ante la revelación de Kirei, antes de que pudiera pronunciar palabra ante lo que ella le había dicho, llegaron los chicos...
-¡Takamura-san!- gritaron todos juntos.

Caminaron todos llenos de gozo por la victoria de su compañero, de su amigo, conversaban un poco sobre lo ocurrido, se divertían como siempre lo han hecho desde que están en el gimnasio; llegaron al pequeño departamento que comparten Mamoru y Kirei...
-Muy bien todos, es tarde y Mamoru tiene que descansar, será mejor que nos veamos mañana-.
Se despidieron y cada uno tomó su camino.
Al entrar al departamento Kirei ayudó a Mamoru a llegar a su habitación, le preparó un té caliente y lo ayudó a recostarse, lo dejó descansar, antes de que ella cerrara la puerta Mamoru le dijo...
-He! Ki ❤️ ahora tú puedes darme un beso también ¿no? Gané...-
Al decir esto, por primera vez, Mamoru miró a Kirei como jamás lo había hecho, la miro de pies a cabeza, se dio cuenta de que ya no era la niñita a la que cuidaba en el gimnasio, Kirei ya era una mujer, tenía un cuerpo promedio, pero con curvas bien definidas, no era una super modelo, era de baja estatura, sin embargo, Mamoru parecía fascinado con su presencia, disfrutaba lo que veía, no era una de las mujeres que veía en sus viejas revistas, no era una de esas mujeres con las que tenía aventuras casuales, era una hermosa chica real, que estaba enfrente de él, y le sonreía, una sonrisa tierna, lo miraba con admiración y respeto; brotaron de su boca unas risitas al escuchar la petición de Mamoru, dio media vuelta y salió de la habitación sin contestar nada.
Al cerrar la puerta no pudo dar ni un solo paso, se quedó ahí, de pie, al cabo de unos segundos sus pensamientos tomaron control de la extraña situación, no eran sus pensamientos eran sus sentimientos quienes la hicieron que abriera la puerta, al verlo se dirigió a él en silencio, él, yacía recostado, relajado, parecía que dormía, eso era lo que ella pensaba, sin darse cuenta se estaba acercando poco a poco a él, tan lento y suave que Mamoru no notó su presencia, se sentó inclinándose hacia su rostro y con una voz dulce susurró...
-Te lo mereces mi campeón...-
Se acercó cada vez más a su rostro, no se daba cuenta de que sus labios tomaron un rumbo diferente al de la primera vez, este no era un beso en la frente, lenta y tiernamente se dirigía a los labios de Mamoru...
En ese mismo instante Mamoru no podría mantener quietos sus pensamientos, seguía mirando en su mente a Kirei, sonreía, tan hermosa, muy hermosa, cuánto había crecido, cuando se dio cuenta de que pensaba en ella más de lo que creía, que pensaba en ella como mujer, al mismo tiempo una oleada de dolor invadía su cuerpo
<<¡Maldición! Me duele todo y ahora tengo ganas de mear!>> abrió sus ojos...
Estaban tan cerca uno del otro que sentían su aliento, ninguno se movió, no podrían pronunciar palabra, Mamoru miró a Kirei, miró sus labios, la invitaba a que lo besará, tenía ganas de un beso largo y apasionado, tenía ganas de saborear esos labios rojos, no lo quería, en ese momento lo deseaba.

Round 1 &quot;El Segundo beso para el campeón&quot; Donde viven las historias. Descúbrelo ahora