Capítulo 10

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Christian.

Han pasado tres días desde el incendio en el hotel de Miami, han sido los tres días más difíciles de mi carrera profesional. Entre las investigaciones para descubrir el culpable, la prensa encima y las denuncia de los clientes para que se les devuelva su dinero, me consume totalmente.

Mi única compañía en estos tres días ha sido el saco de boxeo, el único con el que he podido saciar mi frustración.

Estos últimos días los pasé desconectado de mi entorno, no he hablado con mamá ni con mi hermana. Los chicos saben que ahora mismo no estoy para juegos y solo hablan conmigo si es estrictamente profesional.

Los gemelos llegan de Miami mañana con un informe detallado de todo lo que pudieron investigar y Alexa, llegará hoy en la tarde para ayudarme con el asunto que me pidió hace días y también para apoyarme en la situación que está pasando la empresa.

Solo espero que esto acabe cuanto antes para darme unas merecidas vacaciones.

Llego a la empresa alrededor de las seis y media de la mañana, veo pocos empleados que me saludan y yo les correspondo con un gesto.

Marcela se encuentra en su escritorio cuando llego al piso presidencial, se sorprende de verme tan temprano pero me saluda y va por mi café matutino.

Cuando estoy por entrar a mi oficina escucho una voz desconocida dentro de ella. Extrañado de que alguien esté dentro de mí oficina, me quedo afuera para escuchar con mayor claridad.

—El señor Christian está bajo mucho estrés desde el incendio en el hotel, será fácil hacer lo que me pide señor —Veo a Marcela acercarse y le hago una seña de que haga silencio — No se preocupe, yo me encargaré de colocar las cámaras si usted me garantiza el dinero que me prometió.

Me separo de la puerta y me llevo a Marcela al despacho de mi padre, a esta hora él no llegará. Dejo salir un bufido y Marcela me mira con extrañeza.

—¿Quién está en mi oficina?

—Cuando llegué revisé y no había nadie —Se encoge de hombros —Espera. Pudo entrar cuando fui a buscar unas copias a la sala de impresión.

—Llama ya a seguridad y diles que suban de inmediato —Ella asiente y sale a su escritorio.

Tomo una respiración antes de salir de la oficina y entrar a la mia, sorprendiendo a la persona dentro de ella. Una risa amarga sale de mi garganta cuando cuelga la llamada y se pone nervioso.

—Matías Letuini, el jefe de seguridad de mi empresa por tantos años, todo un traidor —Me burlo, avanzó a mi escritorio sin quitarle la mirada al hombre de metro setenta y musculoso.

—Señor Christian —Levanto la mano para que se calle.

—¿Con quién hablabas? Si no lo dices te irá muy mal, Matías —Le recuerdo, él empieza a moverse nervioso.

—No es lo que cree señor, son órdenes de su papá para las cámaras —Le doy una mirada de aburrimiento mientras me siento en mi silla.

—Todo lo que ordene mi padre me lo dice antes de anunciarse en la empresa y sobre las cámaras, no me ha dicho nada —Suelto, Matías desvía su mirada —Habla Letuini, te irá mal si no lo haces.

Matías fue antiguo jefe de seguridad en nuestra casa cuando yo estaba en la preparatoria, luego decidimos que fuera el de la empresa. Era lo correcto que tuviera el ascenso por todos los años que trabajo con mi padre.

Y que ahora nos traicione, será una puñalada por la espalda para mi padre y para toda la familia en realidad.

Lo observo con atención, buscando un indicio que me diga que puedo hacer para que hable de una vez y acabar con el misterio.

Infierno (M1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora