Capítulo 8

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Christian

Una semana después.

—Mantente quieto, Christian — me reprende Eleonor, la amiga de mi mamá.

—Tengo el pie dormido ¿Como quieres que esté tranquilo?— Me quejo

—Aguanta cariño, ya casi termina— responde mamá, suelto un suspiro y aprieto el balón en mi pie.

Llevamos dos horas en diferentes posiciones para que nos retraten en el estúpido cuadro para la exposición. Tengo sed, hambre y un terrible dolor no sólo en el pie si no en el cuello por tenerlo agachado.

Nathan está sentado en una silla estilo Real con una pose de emperador mirando hacia el frente, Asthon recostado de un poste falso mirando al suelo, lucca sentado en una mesa en posición relajada con los brazos cruzados viendo al frente y yo estoy parado con un pie encima de un balón de fútbol con la cabeza un poco gacha dejando que mi pelo caiga de medio lado.

Los cuatros estamos sin camisa, solo pantalones de Jean rasgados un poco abajo de la marca en "V" dejando ver la liga de nuestro bóxer y  zapatos deportivos, no entiendo el sentido de este cuadro o por qué acepte desde un principio.

Me siento ridículo.

Pero es el precio que pago al complacer a mi madre y su fascinación por el mundo de la pintura. La próxima lo pensaré dos veces antes de aceptar.

—Listo muchachos —Asthon y yo nos dejamos caer en el suelo mientras lucca se acuesta en la mesa y Nathan se apoya del respaldar de la silla.

—¡Al Fin! —exclama Nathan — Pensé que me rompería el cuello, necesito un masaje de las lindas manos de Michi.

—No tanto como Christian, ha estado por casi dos horas con el cuello gacho — suspiro, lucca tiene razón.

— A mi espalda ya le estaba molestando el poste —se queja Asthon

—Necesito una cerveza — lucca se levanta y sale del estudio en busca de su cerveza.

Los otros dos lo siguen y yo me levanto y me pongo mi suéter de lana color verde militar, reviso mi celular y encuentro un mensaje de Kathe y otro de Alexa.

Tenía días días hablar con ella, apenas llegó a Denver tuvo mil pendientes que hacer para ponerse al día. En parte me da pena que tuviera que venir y descuidar su trabajo, ahora está tan ocupada que no hemos hablado tanto.

Kathe Black

¿Cenamos hoy? Tengo una reservación en Piccola's.

Christian Black

Hecho, nos vemos a las siete y media.

Alexa Ivanovak

Cuando estés en casa avísame para llamarte, tengo que hablar contigo de negocios y espero que estés bien, pronto nos veremos.

Christian Black

Iré a cenar con Kathe pero apenas llegue a casa te llamaré. Ya quiero verte hermosa.

Guardo mi teléfono y me volteo encontrándome con los ojos curiosos de mi mamá, tiene los brazos cruzados y una sonrisa en sus labios. Conozco esa sonrisa, significa que se viene una serie de preguntas.

—¿Qué es ese brillo en tus ojos?.

—No se de que hablas— me reta con la típica mirada que las madres tienen.

—Hablabas con esa chica, Alexa ¿cierto?— ¿Ahora es adivina? Ya empiezo a creer eso de que las madres tienen un sexto sentido.

—Si, hablaba con ella ¿Qué tiene?— sonríe y con despreocupación se alisa su larga melena castaña.

Infierno (M1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora