19

758 26 0
                                    

Unos meses más tarde...

23 de abril - 9 horas

Sandra

Hoy era un día muy importante, teníamos en nuestras manos la posibilidad de ganar el primer trofeo para el club. Podíamos hacer historia y queríamos hacerla. 

Tocaba madrugar para ir al partido en buenas condiciones. Como era tradición ya, abrí los ojos y me encontré a mi lado a Nagore, echa un ovillo en la cama. Me acerqué a su cara y la empecé a besar poco a poco, en la mejilla, el cuello, la boca. 

Sandra: ¡Buenos días marmota! Tenemos que levantarnos que hoy hay que hacer historia. 

Nagore respondía con una serie de gruñidos antes de abrir los ojos. Después se agarró a mi cuello con sus manos y con sus piernas se agarró a mis caderas. Parecía un koala cuando hacía eso. Era adorable. 

Nagore: Un poco más... 

La dejé abrazada a la almohada y me levanté para ir en dirección a la cocina. Le preparé el desayuno a Nagore. Puse fruta troceada en un bol, zumo de naranja, una infusión y me preparé un café para mi. Todo esto lo llevé a la cama.

Sandra: Mira chiquitina lo que traigo. 

Nagore

Abrí los ojos poco a poco y me encontré a Sandra sentada en la cama con su taza de café y a su lado había una bandeja con fruta, zumo de naranja y mi infusión favorita. 

Nagore: Mmmm... Me podría acostumbrar a esto toda la vida. 

Sandra: Yo quiero despertar contigo cada día de mi vida. 

Cuando me decía estas palabras me dejaba con una sonrisa de tonta que no me podía quitar en todo el día. Y también me dejaba sin palabras. 

Me acerqué a ella y la abracé por detrás. Apoyé mi cabeza en su hombro. 

Nagore: Gracias (susurré)

Después nos pusimos a desayunar juntas. Le expliqué que había soñado con ella esta noche, que estábamos juntas en una casa que estaba fabricada encima de un árbol. Rodeadas de vegetación y disfrutando del calor de la chimenea. 

Después de comérnoslo todo, nos levantamos y dejamos todas las cosas en la cocina. Después nos fuimos a despertar a María, abrimos la puerta sin hacer mucho ruido. Y a la de tres, Sandra encendió la luz y yo me tiré encima suyo. 

María no paró de gritar. Seguidamente fue Sandra la que se tiró encima de nosotras. María pasó del enfado a la risa porque nos pusimos a hacer cosquillas. 

Sandra

Después de estar un rato en casa, nos fuimos las tres al campo de fútbol. Hoy jugábamos frente a nuestro rival por excelencia, si conseguíamos ganar, podríamos conseguir el título frente a nuestra afición. 

Salimos del túnel de vestuarios para empezar el partido. Nuestras cara eran de pura concentración. Y tras el pitido inicial empezamos a jugar como nunca lo habíamos hecho, teníamos la posesión de la pelota y creábamos oportunidades claras de gol, cada vez más peligrosas. 

Los goles no llegaron hasta la segunda parte, el primero fue de Aitana, tras un gran pase de Nagore. El gol de la tranquilidad lo marcó Nagore, tras una jugada individual aprovechando su velocidad por la banda. Cada vez faltaba menos para acabar el partido, pero entonces en una jugada aislada nos marcaron el 2-1. Quedaban diez minutos para final pero se nos iban a hacer eternos, porque las piernas ya empezaban a notar el cansancio. 

Nagore: ¡VENGA CHICAS, EL ÚLTIMO ESFUERZO! 

Los minutos pasaban pero muy lentamente, tuve que emplearme a fondo para que no lograsen el empate en los últimos instantes. Entonces cuando me disponía a enviar la pelota lejos de mi portería, la árbitra pitó el final del partido.

No podía hacer otra cosa que llorar, era increíble lo que habíamos conseguido en una temporada. Me fui abrazando a todas las compañeras del equipo, Nagore vino en mi dirección y se subió encima mía. Nos quedamos así un buen rato en medio del campo. María, Aitana y Vanesa nos tiraron agua por encima. 

Seguimos la fiesta en el vestuario, metimos a Jones debajo de las duchas con ropa incluida. Era una auténtica locura. Esa misma noche seguíamos la celebración en un restaurante. Pero ahora tocaba volver a casa para descansar después de toda la adrenalina que habíamos gastado en el partido. 

María: ¡Chicas que somos campeonas! No me lo puedo creer... Y todo gracias a mi.

Sandra: ¿Pero qué dices loca? Si ni siquiera has jugado...

María: Pero el apoyo desde el banquillo es lo más importante. 

María no podía ser más payasa. Pero gracias a sus tonterías nos reímos un rato. 


----

¿Os ha gustado este capítulo?

¿Qué pasará en esa celebración?

Twitter: EresRefugio

F.C. United #SangoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora