2

1.3K 37 1
                                    

8 de julio - 12:30h

Nagore

Tras una semana de dobles sesiones de entrenamientos, por fin habíamos acabado y teníamos nuestro primer día libre. Había quedado con Sandra y María para ir mañana a dar una vuelta por el centro de la ciudad.

Jones: Después de una semana de intenso trabajo estoy muy contento con vuestro rendimiento. La semana que viene nos concentraremos en un pueblo cerca de aquí para jugar nuestro primer torneo de pretemporada. Así que disfrutar de este día libre que la semana que viene será apasionante. 

Volvimos a casa a comer, hoy me tocaba a mi preparar la comida, iba a preparar pasta con tomate y con trozos de pollo, sabía que a las tres nos gustaba y después del entreno nos venía bien. 

Después de comer nos pusimos a ver una películas, pero las tres nos quedamos dormidas antes de la media hora. Fui la primera en abrir los ojos y contemplé el panorama, María estaba tumbada en el sofá con las dos manos encima de su cara y Sandra se había quedado dormida en el sillón pero su cabeza la tenía apoyada en su hombro en una postura que después le dolería. 

Me levanté y me puse a hacer café, ese olor siempre me transportaba a casa, era mi olor favorito del mundo porque me recordaba a mis padres, a mi hogar. 

Después de esperar a que mis compañeras de piso se despertasen, eran como dos marmotas se podían pasar todo el día durmiendo. 

Nagore: Compis, he pensado que podíamos ir al cine, os quiero invitar por todo lo que me habéis ayudado estos días y qué mejor que ir al cine a ver El Rey León. 

Sandra: ¡Es mi película favorita! 

Nagore: ¡La mía también! Pues no se hable más... ¡Vamos! 

María: Que par de pencas sois... ¡Pero me apunto yo también! 

Tras recoger un poco el comedor, nos montamos en el coche de María y nos fuimos al centro comercial más cercano donde tenían una de las mejores sales de cine del país. Compramos las entrades y palomitas para cada una.

Yo me senté en medio de las dos, tenía a Sandra a mi izquierda y a María a mi derecha. Siempre me pasaba lo mismo, antes de que empezará la película ya no me quedaban palomitas. Se apagaron las luces y empezaron con los anuncios de los próximos estrenos.

Conforme iba avanzando la película, se me iba formando un nudo en el estómago, este film, desde pequeña, siempre me emocionaba. Noté como Sandra me mirava y me dio un pañuelo para que me secará las lágrimas.

Sandra me agarró la mano y no me la soltó en toda la película, cuando volvieron a abrir las luces nos miramos a los ojos, seguiamos con las manos entrelazadas.

Sandra: María, la chiquitina de la casa es una sensible como yo.

Nagore: Sí, soy una blanda...

María: Lo que me espera a mi...

Salimos de la sala y de camino al coche, noté como Sandra no paraba de mirarme. Me pusó la mano en el hombro.

Sandra: ¿Estás mejor? (me susurró)

Nagore: Sí, es que esta película siempre me ha emocionado, desde pequeñita.

Volvimos a casa y decidimos que mañana iriamos a comer a un restaurante italiano y daríamos una vuelta por el centro histórico de la ciudad.


----

¿Os ha gustado el segundo capítulo?

La primera toma de contacto de Nagore y Sandra...

Twitter: EresRefugio


F.C. United #SangoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora