T'Challa definía el arte como todo aquello que de alguna manera te devolvía la vida.
Y James Barnes, para él, era una obra de arte.
Y más cuando lo veía sonreír ante las luces que proyectaban los espectaculares de Times Square, mientras miraba con detenimiento todo lo que era nuevo para él y todo lo que aún le costaba aprender del mundo, mientras caminaban hacia uno de los restaurantes más populares de ahí. Cuando llegaron, observaron que al lugar no le cabía ni una sola alma, T'Challa se reprochó mentalmente ¿Por qué no haría reservación en el restaurante más popular de Nueva York?
—Muy bien, ¿y ahora que hacemos?—Preguntó T'Challa mientras se encogía de hombros.
—Podemos buscar otro restaurante o...—Bucky se quedó callado unos segundos, hasta que una idea explotó en su cabeza.—¿Has probado los Hot-Dogs?—Preguntó el ojiazul curioso, mientras T'Challa negaba con la cabeza.
—Muy bien, encontraremos un lugar de Hot-Dogs, entonces.—Respondió James para después caminar.
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—¿Un carrito?—Preguntó el monarca mientras arqueaba una ceja.
—Los mejores lugares no siempre son de cinco estrellas, 'Challa.—Contestó el castaño mientras se acercaba al carrito de alimentos.
—¿'Challa?—Preguntó el moreno confundido.
—¿No te gusta? Puedo decirte de otra manera, si quieres.—James lo miró y después puso la mano en su barbilla como si estuviera pensando.
—No, James. Me parece perfecto, solamente me extrañó un poco, eso es todo.—El wakandiano le sonrió, a lo que el americano correspondió.
Llegaron al carrito, hicieron su orden y decidieron retirarse, ya que el lugar se estaba llenando.
En ese momento, se encontraban caminando por Broadway, mientras disfrutaban de su comida, que para sorpresa de T'Challa, era bastante buena.
En ese momento lo comprobó, se puede encontrar la felicidad en las cosas más pequeñas, siempre y cuando esté acompañada de la persona indicada. Se puede encontrar en una sonrisa, en un momento, en unos ojos, o también, en una caminata hacia Central Park comiendo un Hot-Dog, mientras la persona que elijas, esa persona que te enseñe a crecer, esa persona que te ayude a descubrir cosas nuevas, esa persona que pueda aprender de ti y que tu puedas aprender de ella, esté ahí, contigo, acompañandote en el largo camino que estás por recorrer.
James lo miró, soltando una carcajada, T'Challa lo miró confundido pero también enternecido, le alegraba ver a James sonreír después de tantas lágrimas que habían escurrido por su rostro.
