Catorce;¿Decisiones?

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—𝐑𝐞𝐩𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐢𝐫 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐛𝐨𝐝𝐲 𝐄𝐥𝐬𝐞 𝐝𝐞 𝐓𝐡𝐞 𝟏𝟗𝟕𝟓—

Bucky nunca supo descifrar a donde era que Sam lo llevaba hasta que llegó al lugar.

La verdad nunca lo supo, porque no era gran conocedor de Estados Unidos y sus lugares, así que tendría que dejarse impresionar por lo que aquel lugar tuviera por ofrecer.

Era un bosque, de eso estaba seguro, los árboles eran pinos que eran más grandes de lo que él soldado podía contar; al parecer, aquel bosque estaba lejos, ya que no se podía escuchar ningún ruido de aquellos que la sociedad podía ofrecer, aquellos ruidos de autos moviéndose y gente frustrada con el poco –comparado con el que hacía antes– tráfico de Nueva York.

Caminaron por unos minutos hasta que Sam se detuvo, dándole a entender al ojiazul que tenía que detenerse ahí

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Caminaron por unos minutos hasta que Sam se detuvo, dándole a entender al ojiazul que tenía que detenerse ahí. Se detuvieron alrededor de un lago, ese lago estaba rodeado por pasto y árboles, el sonido de las corrientes corriendo era música para sus oídos mientras que el olor de los pinos inundaba su nariz y le traía sensaciones de paz.

Paz.

Era algo que no había sentido hacía demasiado tiempo y creía no haber conocido del todo, pero ahí estaba.

Y se sentía genial.

—Gracias por traerme aquí.—Agradeció el ex soldado al moreno quien le dedicó una sonrisa, en la que Bucky se perdió por un momento.

—Dijiste que querías paz, y si podía ayudarte a conseguirla, lo haría.—Contestó Sam sacándole a Bucky una sonrisa, que él guardaría como un tesoro en su corazón.

Todos sabían que era difícil hacer a Bucky sonreír, todos sabían que sus sonrisas le pertenecían a muy poca gente, a sus amigos más cercanos como a Steve, Natasha o para sorpresa de muchos, Tony, quien siempre lograba hacerlo con sus chistes sin sentido. También le pertenecían a alguien más... alguien a quien Sam le enojaba que lo hicieran, para su suerte, últimamente ya no lo hacían, ya que el dueño de aquellas, ya no estaba en este mundo. Así que Sam tomaba las sonrisas que James le regalaba como algo propio, algo para él, algo preciado, aunque estaba esforzándose para hacer que esas sonrisas fueran cuestión de rutina para él.

—Gracias, de verdad, muchas gracias. No sabes lo que esto significa para mi.—Agradeció de nuevo mientras miraba el lago de aguas cristalinas con devoción, era un paisaje precioso, digno de admirar, era simplemente hermoso.

Sam también se detuvo a mirar aquel depósito de agua, era de un color azul profundo, azul que complementaba perfectamente los ojos de su acompañante. Podía decir que había quedado fascinado por aquel lago, pero estaría mintiendo, había quedado aún más fascinado por la persona que lo estaba mirando.

Ese par de ojos tristes, estaban sonriendo por primera vez en demasiado tiempo. Y eso a Sam le encantaba.

Y ahí estaba él, contemplando a James Barnes. Nadie podía negar que Bucky Barnes era hermoso, sus ojos azul grisáceo, eran como un mar de emociones, emociones que estaba dispuesto a descubrir. Sus cabellos castaños enmarcaban su hermoso rostro de una manera hermosa, hacía un tiempo había decidido afeitarse, por lo que sus pómulos resaltaban aún más. Y su sonrisa, carajo, no sabía como describir semejante obra de arte, su sonrisa era lo más hermoso que sus ojos habían visto, su sonrisa en fascinación por aquel lago le daba demasiada ternura, sí, estaba perdidamente enamorado de James Barnes y no le daba miedo aceptarlo.

𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒;Winterpanther Donde viven las historias. Descúbrelo ahora