La paz no le cabía en el cuerpo y eso se sentía genial.
Después de tanto tiempo de sentirse ansioso, estresado, al fin estaba encontrando la paz que necesitaba y merecía.
Había decidido quedarse con la persona con la que se sentía en paz, seguro, amado y sabía que no se arrepentiría de nada.
Hacía una semana que habían dado a T'Challa de alta, Sam se había disculpado por lo dicho hacía unos días, creía que estaba bien y agradecía sus disculpas.
Podía decir que estaba todo resuelto...
O no...
La pregunta era, ¿Cómo le diría a Sam y a T'Challa sobre su decisión?
Por supuesto que haría sentir mal a cualquiera a de los dos.
A uno le beneficiaría y a otro lo lastimaría.
Pero tenía que hacerlo.
Porque ya que al fin había encontrado la paz no se iba a arriesgar a perderla.
Se llamaba calma, y le había costado muchas tormentas obtenerla.
A pesar de que ya tenía una decisión y estaba tranquilo, lo que lo tenía muy nervioso era como iba a decirles sobre su decisión, porque no sabía como reaccionarían, porque no quería perder nada de lo que tenía con los dos.
Porque sabía que fingirían habérselo tomado bien, pero sabía que no sería así, sabía que no estarían muy felices con la decisión del otro.
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—Cuando te dije que mostraras interés por él, no me refería a que te dejaras matar para salvarle la vida a él.—Regañó Nakia, mientras cruzaba los brazos.
—¿Siquiera ya le confesaste lo que sientes?—Preguntó Ross mientras subía sus pies a su escritorio.
—Para estar viéndote con Stephen Strange eres alguien que está muy desinformado, bueno, yo creo que en sus encuentros han de hacer de todo, menos hablar.—Contestó T'Challa mientras veía que Everett ponía una cara de confusión.
—Más cosas de las que tú no haces con Bucky por miedo.—Contestó el rubio con una sonrisa en el rostro, mientras T'Challa lo miraba con asco.
—Debo de decir que tiene un punto.—Okoye se unió a la conversación, recostándose en la cama donde Nakia estaba.
—Okoye tiene razón, no estarías en este problema si le hubieras confesado lo que sentías antes, idiota.—Dijo Shuri, quien estaba al lado de Okoye, luchando para no caerse de aquella cama.
