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Los días comenzaron a correr. Sakura se hacía un poco más cercana a Itachi y éste la trataba no solo como una aprendiz, sino como una compañera. Le enseñó varios Jutsus estilo fuego y una vez que se aprendió los sellos la hacía repetir el mismo jutsu hasta que le saliera. Por las mañanas entrenaban sin cesar y en las noches Sakura le daba tratamiento a Itachi aunque éste a veces se negaba. No quería que ella agotara por completo su chakra, pero ella siempre terminaba haciéndolo. Kisame le enseñó uno que otro Jutsu estilo agua pero no siempre entrenaba con ella. La mayor parte del tiempo se la pasaba vigilando mientras Sakura e Itachi entrenaban.
Así se la pasó por cuatro meses. Iba con Sasori y seguía practicando lo que él le enseñaba al igual que él la observaba. Cada vez lo que él sentía se hacía más presente y trataba de controlarlo aunque sin mucho éxito. Con Hidan y Kakuzu la pasaba bien igual, Hidan siempre le hacía reír y Kakuzu se limitaba a enseñarle. Luego con Kisame e Itachi la pasaba muy bien. Le gustaba platicar y entrenar con Itachi. Y le gustaba oír las historias de Kisame de las veces que entrenó para ser un espadachín. Sakura iba dejando huella en algunos integrantes y ellos ya se había acostumbrado a la cálida presencia de la chica. Pero lo que no sabía era que pronto el plan comenzaría a ejecutarse. Nadie le decía nada a ella. Sakura solo sabía que tenía que hacer lo que Pain le dijera cuando llegara el momento, al igual que sus compañeros era lo que siempre le decían. A ella no le molestaba pues sentía que tenía que pagar por todo lo que ellos le habían otorgado.

—Sakura, has estado mirando la sopa un buen rato. —Sasori la sacó de sus pensamientos. Se encontraban en un pueblo cercano a la aldea escondida entre la arena, estaban comiendo.

—Disculpa, es solo que pensaba en mi nuevo jutsu, aún falta algo para que nos mantenga en contacto a todos. —dijo aún pensando. Sakura estaba haciendo un jutsu que le permitiera curar a larga distancia en caso de que alguno de sus compañeros pudiera necesitar atención médica inmediata.

—No es necesario Sakura. Has estado haciendo jutsus nuevos y en parte me preocupa. No quiero que te sobrepases, eres una pieza clave. —le dijo Sasori un tanto preocupado.

—Tranquilo, Sasori-sensei. Lo hago porque sé que puedo y además, me gustaría que no les pasara nada, son de cierta manera, importantes para mí. —sonrió Sakura. Sasori sintió una punzada en su corazón, verla sonreír le hacía sentir cosas.

—No necesitamos que nos cures, estaremos bien. Somos de los mejores ninjas después de todo. —sonrió él.

—No importa, nunca sabemos que pueda pasar y quiero estar lista para cualquier situación. —después de eso se dispuso a comer. Sasori estaba sorprendido de lo que ella había crecido y aprendido en tan solo cuatro meses. "Sin duda es una mujer extraordinaria."—pensó. Éste era el último día que pasaría con Sasori antes de cambiar de nuevo.

—Has aprendido bastante estos últimos meses. Estoy sorprendido de tu avance. —sonrió.

—Gracias sensei. Por cierto... Hay algo que quiero preguntarle. —dijo ella un poco curiosa. Sasori estaba confundido.

—¿Qué pasa?

—Lo he visto trabajar en una marioneta igual a usted... ¿No estará pensando hacer lo que creo que quiere hacer, verdad? —soltó con expresión seria. Sakura era muy inteligente y lo que la ayudaba a conocer a las personas es que ponía atención detenidamente a los detalles, hasta el más pequeño, nada se le escapaba. Sakura siempre oía hablar a Sasori sobre que pronto no volverá a sentir dolor y le tiraba indirectas de que ella no debía preocuparse por curarlo.

—¿A qué te refieres Sakura? ¿Qué crees que podría hacer? —preguntó Sasori calmado aunque por dentro estaba nervioso.

—Lo he visto detenidamente y hay algo que me hace pensar que usted quiere ser una marioneta. —escupió sin más. Era directa y eso le gustaba a él de ella.

—Yo no... —Sasori vió la cara de Sakura, y pudo entender que ella no bromeaba.

—Sensei, no mienta. Eso es peor que golpearme hasta matarme. —ella lo miraba un poco triste. No quería ver a su maestro convertido en marioneta.

—Haga lo que haga no es tu problema. —dijo serio.

—Me importa, por eso me esfuerzo en ser suficiente. Así cuando usted esté herido yo pueda curarlo inmediatamente. He estado trabajando mucho para que no tenga necesidad de hacer eso. —dijo un poco triste.

—Lo que yo quiera hacer no debe importarte, apenas me conoces.

—Usted es mi sensei y que reconozca lo que valgo me hace feliz. Pero si usted se convierte en títere eso significaría que sus palabras son solo eso, palabras vacías. Si en verdad cree en lo que me dice no lo hará. —dijo poniéndose de pie. Se salió de aquel restaurante. Le molestaba que la gente le dijera lo asombrosa que era pero aún así no creyeran en verdad en ella.

Él sintió una emoción bastante horrible, igual a la de su soledad cuando sus papás murieron en una misión. No quería sentirse así y ahí se dio cuenta de que se sentía así por lo que le había dicho a Sakura. Sasori la alcanzó y tomó su brazo.
—Perdóname Sakura, no era mi intención hacerte sentir así. —dijo Sasori un poco confundido. Sus piernas se habían movido solas. Sakura lo miró un tanto confundida, Sasori no era así.

—¿En verdad es mi sensei? —rió confundida. Sasori se dio cuenta de que la había agarrado del brazo y la soltó inmediatamente un tanto sonrojado. Miró ha otro lado para evitar hacer contacto con ella.

—¿Me vas a perdonar o no? Solo dilo. —dijo apenado.

—Claro que sí sensei. —sonrió y siguieron caminando. Sasori la acompañó al punto de reunión con Hidan y Kakuzu. Los divisó después de un rato, ambos venían un poco golpeados, parecía que habían tenido una pelea.

—Hidan, Kakuzu-sensei, ¿Se encuentran bien? —ella corrió hasta ellos para analizar sus heridas.

—Sí niña, no tienes que preocuparte por mi lo sabes, mi poderoso dios me protege. —dijo Hidan y Sakura sonrió.

—Tuvimos un enfrentamiento, mientras hacíamos una misión, por cierto Sasori... Pain nos ha convocado a junta. —le dijo Kakuzu a Sasori.

—Vaya, pues busquemos un lugar para contactarnos. —dijo Sakura.

—Me temo que está vez no requiere tu presencia. —dijo Kakuzu.

—Oh... Bueno. —dijo triste Sakura. No era la primera vez que hacían reuniones sin ella. Se preguntaba por qué no querían que supiera el plan, si ella era una pieza clave ¿Por qué no podía saber nada? Sintió una mano en su hombro, ésta le dió un apretón amistoso. Al girarse se dio cuenta de que se trataba de Sasori, quien la miraba con una sonrisa cálida.

—No hagas suposiciones innecesarias Sakura. Eres importante pero todo tiene una razón, sabrás lo que tienes que hacer cuando llegue el momento. —al decir eso el se acercó a ella y le dió un beso en la mejilla, haciendo que Sakura se confundiera completamente y se sonrojara. Hidan no pudo evitar sonreír y Kakuzu los veía con asco—. Nos vemos después. —le dijo y se alejó de ella.

Caída En Picada. ●Sakura Haruno● |SasuSaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora