𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓬𝓾𝓪𝓽𝓻𝓸.

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—adiós cariño, cuídate. —gritó SunHwa a Jungkook desde la cocina. Taehyung cerró la puerta de su casa detrás de si y quedó a solas con Jungkook.

—Mi madre te ama. —Dijo Taehyung rodeando sus brazos sobre el cuello de mayor. El pelinegro lo tomó por la cintura y lo atrajo mas a él.

El menor estaba subido en una grada y ni así alcanzaba la estatura de Jungkook.

Jungkook había ido a cenar a casa de Taehyung.

SunHwa estaba infinitamente enamorada del novio de su hijo, había quedado encantada con Jungkook desde que el pelirrojo lo presentó por primera vez. Y es que, Jungkook no era como acostumbraba a serlo normalmente.

Digamos que Sunhwa conocía el lado muy bien educado de el pelinegro.
Jiyoon... Pues iban a la misma universidad y eran amigos.
Jungkook era un amor con Sunhwa y obviamente que tendría que serlo si quería ganarse el corazón de su hijo.

Pero no solamente lo hacia por ello, sino porque Sunhwa verdaderamente era un amor y eso le había encantado sin duda.

—Eso es porque soy muy guapo.

Taehyung rió pero no negó lo que había dicho.

Se acercó más al rostro del mayor dejando sus labios a unos cuantos centímetros, Jungkook sonrió tontamente y delicadamente capturó los labios de Taehyung en un lento y suave beso.

El pelirrojo seguía sintiendo las mismas maripositas en su estómago como la primera vez que Jungkook lo había besado. Incluso podría decirse que sentía más que antes.

Le encantaba el perfecto encaje que tenían ambos labios entre sí.

Taehyung empezó a jugar con sus manos el cabello del pelinegro, haciéndolo traer mas a él y profundizando mas el beso. Jungkook no tardó en responder y mordió su labio inferior delicadamente tal y como al pequeño le gustaba que lo hiciera.

—Mmm... —gimió al sentir las manos del pelinegro tomar su trasero. Pero tuvo que apartarse antes de que el beso empezara a calentarlo mas, porque a pesar de que estaban a penumbras de la noche y nadie podía verlos, era preferible dejar ese momento para después.

Unió su frente con la del pelinegro mirando a sus ojos fijamente. Cuando existían momentos como estos no quería que terminaran nunca.

El pelinegro era un enloquecido enamorado por los momentos románticos y su novio siempre trataba de complacerlo.
 
Taehyung se atrevió a decir:
—¿Cuándo volveremos a ir a casa de tus padres?

El pelirrojo solo había ido unas cuantas veces a la casa del mayor. Debido a que Jungkook no le gustaba que su madre apretara las mejillas de Taehyung y le dijera que era demasiado tierno, al igual que tampoco toleraba que todas sus hermanas fueran tras su novio como locas desquiciadas deseando tener la atención de Taehyung. Quizás era un poco... celoso.

Siempre les hacía mala cara y les decía un:
"Es mi novio, no suyo."

A lo cual el menor se ruborizaba como tantas veces en las que Jungkook lo proclamaba como suyo.
Sin embargo, al pequeño le encantaba ir a casa de Jungkook. Porque eso implicaba conocer las historias de niño de su novio mayor y le encantaba ver su cara gruñona mientras EunJi le contaba las anécdotas.

—Ya pronto. —contestó. Pero Taehyung no le creyó.

—Espero sea en estos días porque muero por ver a tus hermanitas y a tu madre.

Jungkook gruñó solo de imaginarlo. —No. Me molesta que no te quiten los ojos de encima y que no te dejen en paz.

—Es porque soy visita...

태국 Posesivo → Kooktae [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶p̶̶t̶̶a̶̶c̶̶i̶̶ó̶̶n̶ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora