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Crowley abrió los ojos sobresaltando, se removió intentando liberarse del fuerte amarre de las cobijas, sentía que lo asfixiaban. 
La imagen de Aziraphale apareció tras sus ojos e hizo que su cabeza comenzara a doler a horrores, el recuerdo trataba de volverse borroso, pero obligó a su cerebro a recordar.

Eso era algo importante, algo realmente importante.

Volvió a intentar levantarse pero las mantas parecían ajustarse a su cuerpo en una especie de abrazo irrompible, solo podía mover su cabeza con una libertad muy reducida; la giro a un costado y vio sobre la mesita de noche al libro de tapadera roja abierto por la mitad, intento sacar uno de sus brazos para alcanzarlo pero le era imposible. Golpeo la cabeza sobre la almohada con frustración pensando en como salir de aquella extraña situación y esperando que Aziraphale se encontrara en buenas condiciones.

[...]

Aziraphale despertó sentado en su sofá de lectura, prácticamente se levantó de golpe con tal velocidad que casi voltea el asiento y la mesita de café junto a él. Miro a todos lados en busca de alguno de los dos Crowley o de otro él; solo encontró a sus libros que comenzaban a amontonar polvo junto con sus muebles. Rápidamente se dirigió a la puerta de entrada y al atravesarla volvió al interior del lugar; aquello lo confundió, intento volver a salir pero nuevamente se encontraba en el interior; se apresuró a ir hasta la puerta de emergencia y al salir se encontraba de vuelta en la entrada principal.

Siguio intentando pero solo lograba repetir el resultado.

"Era de esperarse esto de ti Aziraphale, deberías de ser mas consciente de ti mismo, pero no, tenias que ir tras ese demonio. Patético como siempre."

Creyo escuchar la voz de Gabriel salir de una de sus estanterías, llamo al arcángel pero no recibió ninguna respuesta.

"!Debiste alejarte ángel¡ !Sabías que ese inútil solo te causaría problemas! ¡Al igual de como nos los han causado a nosotros!"

Ahora escuchaba la voz de lord Beelzebub, gritaba con un tono venenoso, de odio puro hacia Crowley; la voz también provino de las estantería, siguió la voz en silencio y lo guió hasta su colección de libros malditos.

" Pero que injusticia que ese papanatas hubiese llamado la atención de señor Aziraphale, siendo nosotros mas atrayentes. Señor Aziraphale, ¿no preferiría dejar a ese exhibicionista descarado y conocernos mejor usted y yo?"

Entre Las Páginas De Un Libro.| Ineffable Husbands.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora