Teen - Tony Stark.

UNO

Ella pensaba que él era un idiota, un estúpido idiota.
Uno que solo ponía de los nervios a su bella madre con sus " Buh, soy Iron Man"  su manía de hablar demasiado y ser... Idiota.

Entrecerro los ojos - Aunque pensándolo bien, no eras tan idiota si puedes salvar al mundo unas cuantas veces... - negó, sintiéndose escandalizada al haber pensado algo bueno de él. Preferiría comerse una piña entera - a la que era alérgica - antes de pensar algo bueno de Tony Stark.

El hombre que se quería robar el amor y el cariño de su madre. Bueno, no era tan así, pero en la cabeza de una adolescente como Ángeles algo semejante a un secuestro bajo amenaza pasaba.

Se acomodo en el asiento sintiendo la necesidad de darle una patada al hombre a un lado de ella que le acompañaba en la limusina y miró por la ventana del auto arrugando la nariz al ver el nuevo panorama. Sí, era un estúpido idiota. Un tonto cabeza de rábano cara de Dementor. Un trasero de metal pulido, un...

—¿Por qué siento que me estas insultando en tu mente?

Ángeles rodó los ojos antes de bufar —Es porque lo estoy.

Tony suspiró, citando su mantra en su mente.

Paz interior. Paz interior, paz...

Se controlo asimismo para no tirarse de los pelos y gritar. Saltar del auto en movimiento se volvió algo repentinamente tentador. Ángeles despertaba en el instintos suicidas... Y de exorcismos. Ya tenía unos buenos números de exorcistas bien agendados por si toda aquella cosa de convivir con el pequeño demonio salido del mismísimo Hell, se complicaba.

—Que tierna — suspiró exageradamente acomodando unas invisibles arrugas en su caro traje. Enderezó mejor las gafas de sol sobre su nariz y se giró a mirar a la adolescente —Mira Moco, yo no te caigo bien... Y yo no tengo permitido -gracias Pepper- decir que tampoco me caes bien.

—Lo acabas de decir, imbécil.

—Calla, el adulto esta hablando. Moco.

—Deja de llamarme Moco, Stark. — rodó los ojos golpeando su mochila azul con un puño al está estar sobre su regazo —Y, ¿Adulto? ¿No eras tú el que jugaba con figuras de My littler Pony ayer en la noche?

—¡Que eran solo caballos! — gritó esté, en su faceta de negación —Y solo los acomodaba.

—Ajá sí. Porque no mejor lo des-niegas, idiota. Y dime ya de una vez por que me sacaste de mi prestigiosa escuela para meterme en otra... En Queens ¿Eres zoquete o qué?

—Primero; deja los insultos Moco. Segundo; Tu madre así lo quiso...

—Ella jamás me sacaría de donde estaba — lo interrumpió

—... Ella así lo va a querer.

—No lo creó.

Soltó antes de sonreír, una sonrisa que -en palabras de Tony - era de pura y espesa maldad. Antes de que Ángeles pudiera hacer uso de su vena maligna y poner de los nervio - aún más - a Stark. Este miró con sumo alivio que se detenían frente a las puertas de la nueva escuela de la rubia.

—¡Oh, llegamos! — tomó su bolso de su regazo y se lo puso en un hombro con rapidez —ten esto, tus hojas de horario y tu manzana — todo lo hacia con rapidez, descolocando un poco a la niña que miraba la manzana roja que ahora traía en la mano confundida ¿De dónde la había sacado?

Antes de seguir pensando o siquiera hablar ya estaba siendo sacada de la limusina. Miró a Tony con una mueca molesta, la más molesta que podía poner, este ni le miró de reojo, solo siguió con su actuar apresurado y ansioso.

—¿Dinero? Ten esto — le lanzó cuatro billetes de cien dólares a la cara antes de dirigirse a Happy —¡Arranca, arranca!

Y eso hizo, dejando a una Ángeles con la boca abierta lista para gritarle una palabra que haría que su madre la castigara por un año entero. Tony, al fin libre, suspiró dejándose caer relajadamente en el asiento. Sentía que esto era más difícil que una misión como vengador. Y pensar que no le podía dejar abandonada allí y jamás volver... ¿O sí?

—¿Por qué le tiene tanto pavor? Es solo una niña — habló Happy desde el asiento del conductor —No muerden.

Tony le miró indignado, soltando un gruñido en contra antes de arremangar un poco la manga de su traje para mostrarle su brazo.
Happy se sorprendió.

—¡Vaya! ¿Esos son sus dientes?

—Siento que ya me convierto en Vampiro... En algún momento comenzaré a brillar, más de lo que ya brillo.

Pobre, egocéntrico y violentado, Tony Stark.