Allí estaban, sentados uno frente al otro. Con miradas serías y hombros tensos, teniendo una batalla de miradas casi sin darse cuenta. Sus ojos entrecerrados casi que no los dejaban verse, ya que los muy tarados los cerraban cada vez más que el otro en competencia.
Uno de los ojos de Tony temblaba, le picaba pero sus fuerzas por no perder ante ella le obligaban a siquiera aventurarse a parpadear.
No vaya a ser que parpadea y la mocosa desapareciera y apareciera tras él amenazando su cuello a lo película de terror.
Podía escuchar su propio grito agudo en su cabeza ante lo mucho que podía volar su imaginación.Le dió escalofríos.
Pero no hubo necesidad de nada, ya que al otro lado la rubia se vio en la repentina necesidad de cerrar un ojo por culpa de una diminuta partícula de polvo, que como si fuera del Team Tony, se metió salvajemente en su ojo haciéndola quejar.
—¡Ay!
Un golpe contra la mesa y Tony alzando los brazos en victoria fue el escándalo que se escuchó.
—¡Sí! — dió una aplauso —¡Gané!, ¡En tu cara! — le apuntó con un dedo sacándole la lengua de forma infantil. Se puso de pie de un salto y se lanzo un paso a lo BTS.
Casi se va de boca en el comedor al lanzar una pierna hacia adelante sintiendo que la otra le crujía como si tuviera la rodilla de un viejito.
Se llevó la mano con rapidez a la rodilla aguantando una mueca de dolor y disimulando meneó la cabeza con ritmo.
Ángeles se limpiaba su ojo mirándolo de mala forma con una ceja alzada.
—No estábamos en ninguna competencia, tarado.
Y era verdad, pero, ¿Podían culparlo por su competitividad? Cada que la niña le miraba mal era como un "Acércate viejo, acércate" a punta de navaja hacia él.
Volviendo a su profesionalidad, el hombre se enderezó sonando su garganta con toda la dignidad que tenía. Que era poca considerando que ahora arrastraba una pierna.
Aquello de que la edad era solo un número aveces era una cruel mentira. Allí lo usaban a él de ejemplo.Volviendo a la seriedad del asunto, si es que existía algo de seriedad ahí, donde un adulto con trastorno infantil y dramático como ninguno, se montaba una junta "profesional" con una niña de catorce años con el síndrome adolescente, más conocido como; La edad dónde te joden, y jodes, la existencia de alguien. Aquella era una junta con el fin de hacer las paces en su guerra indirectamente directa, o tira y afloja, por ser el Ser humano más odioso de la humanidad.
Porque ellos mismos lo aceptaban, eran odiosos. Y Tony no lo diría en voz alta, quizás nunca, pero ella le recordaba asimismo a su edad.
Insoportable hasta la médula.
—De acuerdo... — la cara que hizo Tony en aquel momento era proporcional a la de un bebé comiendo un limón por primera vez. Metió una mano dentro del bolsillo trasero de su pantalón y de el extrajo lo que la niña describió como dos pedazos de papel alargados.
Alzó una de sus rubias cejas y arrugó la nariz al ver mejor que eran cuando el hombre los soltó sobre la mesa.
—¿Entradas para un parque de diversiones? — bufó —¿Qué tienes?, ¿Cinco años?
Tony puso los ojos en blanco.
—¿Y tú cuántos?, ¿Ochenta? — Ángeles lo miró mal, abrió la boca para protestar pero Tony no le dejo al hablar primero —No me mires así niña piojosa, ni quién quisiera ir contigo allí. No creo que tu estirado cuerpo de ancianita sepa que es la diversión.—¿Con que moral dice eso el que le acaba de crujir la rodilla? — contraataca con rapidez.
El marcador de puntuación imaginario sobre la cabeza de Tony bajo a la mitad gracias a ese golpe bajo. Este entrecerró los ojos y negó con la cabeza, no le iba a prestar atención. Ya después podía echarse a llorar en una esquina oscura de su habitación, mientras tanto aquel Gremlin rubio no atentaría contra su ego.
—Fue idea de tu madre — terminó explicando de mala gana —Dijo que si íbamos a este lugar haríamos... — trato saliva, sintiendo un mal sabor de boca por lo que diría —... Lazos.
Ángeles se estremeció.
—Pero al parecer se le olvidó que soy una figura pública que si sale delante de la gente será invadido por sus fan — pasó su mano por su pelo dramáticamente haciendo pose de galán.
No fue necesario que ella pusiera mala cara ante el comentario, porque ya la tenía.
—Si te escucharán en uno de tus momentos de estreñido en el baño, se les fuera el encanto... Baboso.
Ahora fue el turno de Tony de verla mal. —Deja de espiarme tras las puertas.
—Deja de usar el baño de invitados.
—Es mi casa. Yo escojo el baño que quiera — dijo y le saco la lengua.
Ángeles se lo regreso.
Algo muy maduro de parte de ambos.
La rubia puso los ojos en blanco. —No pienso ir a ninguna estupidez de esas — movió la mano como si estuviera espantando un mosquito y luego se cruzó de brazos.
Ahora fue el turno de Tony de poner los ojos en blanco. —Tu madre dijo que si no aceptas cancelara tu suscripción en... — extrajo otro papel de su bolsillo y leyó con ojos entrecerrados —Army-NoSeQue cosa, ¿Cuál es tu obsesión con los chinos?... — hizo una mueca —Porque las mujeres son tan raras... Y, ¿Cómo es que no entiendo mi propia letra? — balbuceo para el mismo haciendo el papel una bolita y lanzando este en la papelera.
Celebro cuando encestó, pero a los segundos pego un brinco y se echo para atrás cuando escucho el sonido de una bombona de gas a punto de estallar. Miró a su alrededor listo para llamar a su armadura. Aunque se relajó cuando se dió cuenta que solo era Ángeles chillando.
Espera, ¿Ángeles, chillando?
Se volvió a tensar al ver que, efectivamente, Ángeles estaba chillando. Sus manos se pusieron delante de su cuerpo como reflejo, si se transformaba en demonio la niña protegería su rostro de galán de telenovela costara lo que costara.
Prioridades primero.
Aunque no descarto la idea de llamar a su armadura. La seguridad ante todo.
No sería la primera vez que la rubia atentará contra su salud, aún esperaba que su transición a vampiro se completará a causa de esa mordida que le hizo una vez. Estaba seguro que en cualquier momento empezaría a brillar a la luz del sol.Como el diamante que, obviamente, él era.
—¡No puede hacerme eso!
Tony llevo una mano a su oído derecho y arrugó el rostro. Alzó la cabeza y la vio empezando a patalear sobre la silla hasta caer al suelo y empezar a revolverse en este mientras seguía chillando.
Tony dió otros dos pasos así atrás. Se giró lentamente.
—Voy por el agua bendita.
La adolescente mal portada siguió con su pataleta. —¡Vamos a ir a ese lugar así te tenga que poner una peluca Anthony Stark!
Un escalofrío le recorrió el cuerpo entero. Algo malo se avecina.
————
No odien a Ángeles por su comportamiento, es una niña y su fanatismo es grande. Yo también fuí niña berrinchuda.
Sorry mom😔
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Teen - Tony Stark.
DiversosUn dolor de cabeza y de muelas combinado con un golpe en la cara y una torcedura de tobillo, así se sentía Tony cada vez que tenía que convivir con la pequeña personita que parecía disfrutar de sobremanera hacerle la vida imposible. Ángeles lo dete...